El doctor Vetusto y el joven Mancebo
Se cuenta que un doctor de edad, llamado Vetusto, se cansó de estar en el asilo de ancianos y decidió abrir una clínica en el pueblo pequeño en que vivía. Él puso un letrero en la puerta que decía: «Clínica del Dr. Vetusto. Sea tratado por 50 dólares. ¡Si no es curado, se le dará 100 dólares!».
En tal pueblo también vivía un joven llamado Mancebo, quien «estaba seguro» de que el doctor anciano no sabía nada de medicina. Él pensó que esta era una buena oportunidad de ganar 100 dólares, así que fue a la clínica.
«Doctor, he perdido el gusto, así que no puedo saborear la comida. Por favor, ¿puede ayudarme?».
El Dr. Vetusto llamó a su enfermera y le dijo: «Dele una cucharada de la medicina en la caja 20». Después de probar la «medicina», Mancebo la arrojó, diciendo: «¡Esto es terrible; es kerosene!». El Dr. Vetusto respondió: «¡Felicitaciones! Acaba de recobrar el gusto. Su cuenta es $50».
Mancebo regresó algunos días después con la intención de recobrar su dinero.
«Doctor, he perdido la memoria; no puedo recordar nada».
El Dr. Vetusto llamó a su enfermera y le dijo: «Dele una cucharada de la medicina en la caja 20». Mancebo inmediatamente objetó: «No, ¡esa medicina no es más que kerosene!». El Dr. Vetusto respondió: «¡Felicitaciones! Acaba de recobrar la memoria. Su cuenta es $50».
Después de perder $100, Mancebo regresó la semana siguiente para una última oportunidad de recobrar su dinero. Entró a la clínica tanteando las paredes y diciendo:
«Doctor, he perdido la vista; no puedo ver nada».
El Dr. Vetusto respondió, «Lo siento, no tengo nada para la pérdida de la vista. Aquí tiene los 100 dólares que le pertenece», y puso un billete de un dólar en la mano de Mancebo. Mancebo abrió ligeramente los ojos y dijo: «¡Pero esto es solamente $1!».
Entonces el Dr. Vetusto respondió con una sonrisa: «¡Felicitaciones! Acaba de recobrar la vista. Su cuenta es $50».
— Autor Desconocido; traducción adaptada por Moisés Pinedo.