El tren en la tienda de juguetes
La Navidad se acercaba, y un hombre anciano, muy conocido en su pueblo, estaba caminando por una calle principal y se detuvo en una juguetería para admirar un tren. El tren corría en su riel, silbaba, echaba humo e incluso depositaba barriles; de hecho, hacía casi todo lo que un tren real podía hacer. Después de observarlo por algún tiempo, el anciano finalmente dijo al vendedor: «Llevaré uno. Por favor, envuélvalo».
El vendedor, quien conocía al hombre y su familia, respondió: «Por supuesto. Estoy seguro de que a su nieto le gustará el tren».
El hombre pensó y dijo: «Tiene razón. Deme dos trenes».
Autor Desconocido. Traducción por Moisés Pinedo – Derechos de traducción © 2022 por www.ebglobal.org.