Lo que no se debe hacer si se tiene poco tiempo de vida
Un predicador estaba evangelizando en un vecindario cuando llegó a una casa móvil en condición precaria. Había una motocicleta cara a la entrada de la casa. El predicador tocó la puerta y un hombre salió, y ambos comenzaron a hablar por algún momento.
El predicador señaló que el hombre tenía una motocicleta «muy bonita». El hombre asintió de mala gana con la cabeza, y luego comenzó a contar: «Por mucho tiempo, tuve una vida alocada. Una de las cosas que me fascinaba era manejar mi auto a velocidad alta en la carretera, y por esto tuve varios accidentes y me rompí varios huesos. Pero hace un tiempo atrás, tuve un accidente, y esa vez no fue mi culpa, así que el seguro me pagó $250 000 por daños. Con ese dinero, compré lo que siempre quise tener: una casa propia.
»Sin embargo, poco después los doctores me diagnosticaron con cáncer terminal y me dieron solamente un par de meses de vida. Yo no tenía esposa o hijos, así que no había nadie a quién dejarle mi casa y mi dinero. Nunca he sido religioso, así que tampoco tenía iglesia a la cual donar mi dinero. Lo que decidí hacer es vender mi casa y todo lo que tenía, comprarme una motocicleta cara y viajar por todo el país y despilfarrar mi dinero en una vida de pródigo».
Para el tiempo en que el predicador había visitado a este hombre, había pasado once años, y el hombre entonces estaba viviendo en esa casa móvil alquilada y solamente tenía su motocicleta.
El hombre añadió: «¡Estoy muy molesto con esos doctores! Si es que hubiera sabido que iba a vivir hasta ahora, ¡todavía tuviera mi casa y mi dinero!».
Adaptado de una historia real sucedida a un predicador en el este de Tennessee. Derechos © 2022 por www.ebglobal.org.