Luz para la Casa de Adoración

Una vez un viajero llegó a una pequeña villa francesa. La noche se aproximaba, y la gente andaba de prisa en las calles. El viajero notó que cada persona llevaba una lámpara. Cuando preguntó en cuanto a eso, un transeúnte respondió: “Estamos yendo a la casa de adoración de la villa. Cuando se construyó el edificio de la iglesia, se decidió que cada uno de los miembros trajera su propia luz a los servicios de las noches. No hay otra forma de iluminar el edificio, y cada uno se da cuenta de que, si se ausenta, el edificio estará en oscuridad”. El viajero entró al edificio de la iglesia y vio que cada asiento tenía un lugar para una lámpara. Cuanto más miembros venían, más se iluminaba el edificio.

—En Allen Webster (sine data), “¿Qué Se Necesitaría para Hacernos Regresar el Domingo en la Noche?” (Jacksonville, AL: House to House).