“Sra. López, ¿Me Conoce?”
Un abogado de un pueblo pequeño llamó a su primer testigo al estrado en un proceso judicial: una mujer anciana. Se acercó a ella y le preguntó: “Sra. López, ¿me conoce?”. Ella respondió: “Sí, lo conozco, Sr. Hernández. Lo he conocido desde que era un niño; y sinceramente, me ha decepcionado mucho. Usted mintió, fue infiel a su esposa, manipuló a muchas personas y calumnió a otros. Piensa que es la ‘cumbre del éxito’, pero realmente no tiene ni el cerebro para darse cuenta de que es un pobre infeliz. Sí, lo conozco”.
El abogado se quedó pasmado. Sin saber qué hacer, señaló al abogado de la defensa y preguntó: “Sra. López, ¿conoce al abogado de la defensa?”. Ella respondió otra vez: “Sí, lo conozco. He conocido al Sr. Toledo desde que era pequeño. Yo solía cuidarlo; y él también me ha decepcionado mucho. Es perezoso, intolerante y tiene problemas con el alcohol. Ese hombre no puede tener una relación normal con nadie, y su abogacía es una de las peores en todo el estado. Sí, lo conozco”.
En ese momento, el juez hizo silencio y llamó a ambos abogados al tribunal. Silenciosamente y con tono amenazador, dijo: “¡Si alguno de ustedes le pregunta a ella si me conoce, irá a la cárcel inmediatamente por difamación!”.
—Adaptado; en Marvin Lebman (2004), Una Colección de Bromas e Historias Graciosas del Internet [A Collection of Jokes and Funny Stories from the Internet] (Victoria, Canadá: Trafford), pp. 293-294.