«¿Tienes una galleta?»
En el receso de la escuela, un niño pobre de seis años se acercó felizmente a uno de sus compañeros y le dijo: «¡Tengo una galleta!». El otro niño, quien tenía una posición económica alta, le dijo con tono orgulloso: «¡Eso no es nada! Yo tengo una bicicleta nueva, un juego de video y una lonchera llena de mejor comida». El niño pobre insistió: «Pero ¿tienes una galleta?». Su compañero movió la cabeza impacientemente y dijo: «No, ¿y qué?». Entonces el niño partió su galleta y le dijo: «¡Ahora tienes la mitad de una galleta!».
—Adaptado de una historia encontrada en el internet.