¿Ha Revisado Esos Números Últimamente?

Hoy muchas personas se “preocupan por los números”. Revisan constantemente su presión sanguínea; esta debería ser menos de 130/85. Revisan su colesterol; esto debería ser menos de 200. Algunos necesitan monitorear el azúcar en su sangre; esto debería ser entre 80-120 en la mañana. Cuando un niño se enferma, nos preocupamos si la temperatura se eleva mucho más de 37°.

¿Pero qué acerca de los números de su contribución al Señor? ¿Le preocupa más esos números? La Biblia enfatiza significativamente este tema. Hay razones sólidas para creer que a Dios Le interesa el porcentaje.

La palabra hebrea asar, que se traduce “diezmo”, se deriva de un término que significa “diez”. En el tiempo antiguo representaba la décima parte de una cierta porción.

Bajo el régimen patriarcal, Abraham dio el diezmo de su botín al rey y sacerdote Melquisedec (Génesis 14:20; cf. Hebreos 7:4-10). Luego, la promesa de Jacob en cuanto al diez por ciento sugiere que esta era una práctica establecida entre los patriarcas (Génesis 28:22).

Cuando se estableció la economía mosaica, se requirió que los hebreos dieran anualmente el diez por ciento de su producción y ganado. Realmente, esto era la décima parte del residuo después que se había realizado otras ofrendas (Éxodo 23:19; Deuteronomio 26:1et.seq.; Levítico 27:30et.seq.).

Para muchos es una sorpresa aprender que no hay ningún pasaje en el Nuevo Testamento que sugiera que el “diezmo” es un estándar para la ofrenda cristiana. En cambio, el Nuevo Testamento establece ciertos principios que instruyen y retan al hijo de Dios a dar de una manera que es superior al sistema judaico. Note los siguientes factores que se listan de una manera breve.

Ofrenda Regular

“Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado” (1 Corintios 16:2). Se manda a dar en un acto semanal de adoración.

Ofrenda Proporcional

Se requiere la ofrenda conforme a lo que se tenga (Hechos 11:29), ya que el acto de dar es aceptable “según lo que uno tiene, no según lo que no tiene” (2 Corintios 8:12). Se requiere más de aquellos que tienen más—siendo todos los otros factores iguales. La prosperidad de una persona compensa la escasez de otra, ya que puede llegar el tiempo en que sus circunstancias se inviertan. En la ofrenda proporcional, prevalece una atmósfera de “igualdad” (2 Corintios 8:14). Esto sugiere igualdad entre los santos que evidencia imparcialidad.

Ofrenda Generosa

El dador cristiano es quien ofrenda de sus ingresos de una manera “generosa” (Romanos 12:8; cf. 2 Corintios 8:2; 9:11). Los santos en Filipos eran tan generosos que dieron más allá de su capacidad, incluso rogando a Pablo y sus compañeros que aceptaran sus donaciones (lo cual implica el titubeo del apóstol para recibirlas) [2 Corintios 8:3-4].

Ofrenda Proyectada

Aunque algunas veces una persona puede contribuir a varios ministerios buenos para la gloria de Dios (cf. Marcos 14:7) según se presente la oportunidad (Gálatas 6:10), también es un hecho que se manda a dar cada Día del Señor a la “tesorería” de la congregación en la cual se es miembro (1 Corintios 16:2). Sin tal consistencia, la iglesia local no pudiera realizar sus proyectos sagrados que son parte de su responsabilidad.

Ofrenda Exuberante

No se desarrolla casualmente el gozo de dar. Muy pronto en la vida, las experiencias difíciles causan que la gente se centre en sí misma. En varios aspectos, este es un mundo donde los animales se comen entre sí. Por muchos medios se nos influencia negativamente con la doctrina del “yo primero”. Así que la necesidad de ser trabajadores, para que también podamos ayudar a otros (Efesios 4:28), es una responsabilidad que se aprende. Entonces, es significativo que después de estudio y entrenamiento considerable, comencemos a darnos cuenta de la gran felicidad que el dar genera en nuestros corazones. Jesús dijo que aquellos que están en la parte de los dadores son más felices que los que están en la parte de los receptores (Hechos 20:35). Dios ama a la persona que ha llegado a dominar el arte de dar con alegría (2 Corintios 9:7).

El estudiante de la Biblia finalmente debe aprender que un 10% no debería ser una suma con la cual esté satisfecho, sino que su ofrenda debe madurar con los años. Si nuestra ofrenda por Cristo no excede el 10% del sistema judaico antiguo, entonces necesitamos considerar cuidadosamente nuestras finanzas e inmediatamente trabajar hacia un nivel más noble de servicio cristiano.