La Oración de Cornelio

Pregunta:

“Si Cornelio no había sido bautizado bajo el Nuevo Testamento que llegó a regir cuando Cristo murió en la cruz, ¿cómo es que Hechos 10 indica que Dios oyó la oración de Cornelio, quien no era judío? ¿No es esta una contradicción de Juan 9:31 que dice: ‘Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye’?”.

Respuesta:

Los siguientes versículos ilustran la actitud de Dios hacia dos tipos de personas que pueden apelar a Él. “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos” (Salmos 34:15). “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado” (Salmos 66:18). “Entonces me llamarán, y no responderé; me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová” (Proverbios 1:28-29). “Jehová está lejos de los impíos; pero él oye la oración de los justos” (Proverbios 15:29). “El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído” (Proverbios 21:13). “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable” (Proverbios 28:9). “Entonces clamaréis a Jehová, y no os responderá; antes esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicisteis malvadas obras” (Miqueas 3:4). Según Hechos 10:1-2, se puede ver claramente que Cornelio no poseía las cualidades del grupo cuyas impiedades no le permite ser oído.

Ahora, recuerde que Dios fue el Autor de dos sistemas de religión antes de la introducción del cristianismo: el patriarcal y el mosaico. Dios dio el judaísmo a un segmento pequeño de la población humana—la nación de Israel. El resto de la humanidad permaneció siendo responsable a la otra forma divina de religión: el sistema patriarcal. Inicialmente, se presentó el cristianismo a aquellos que vivían bajo el judaísmo—a los judíos y algunos gentiles que se habían convertido al judaísmo (Hechos 2). Luego se presentó el cristianismo a los samaritanos, cuyos antepasados eran una mezcla de judíos con gentiles (Hechos 8). Finalmente se presentó el cristianismo a los gentiles con la familia de Cornelio (Hechos 10).

Para el tiempo de Hechos 10, el cristianismo había sido presentado a toda clase de gente, haciendo que todos (i.e., judíos, parte judíos y no judíos) fueran responsables ante el cristianismo. Al principio, toda la humanidad estaba sujeta al sistema patriarcal hasta que Dios presentó el judaísmo a Israel, tiempo en el cual solamente los judíos llegaron a estar sujetos al judaísmo, mientras que la gente fuera de Israel permaneció bajo el sistema patriarcal; Dios no dejó a los gentiles sin ley. Los judíos estuvieron sujetos al judaísmo hasta que se les presentó el cristianismo. De igual manera, los gentiles estuvieron sujetos al sistema patriarcal hasta que se les presentó el cristianismo.

La gente que vivía bajo el sistema patriarcal adoraba a Dios según las prescripciones del sistema patriarcal. La gente que vivía bajo el judaísmo adoraba a Dios según las prescripciones del judaísmo. Desde luego, hoy toda la gente está obligada a adorar a Dios según las prescripciones del cristianismo, ya que el cristianismo reemplazó a ambos sistemas—el sistema patriarcal y el sistema mosaico.

Ya que Cornelio era gentil, estaba sujeto al sistema patriarcal al momento que oró a Dios. Él era un buen ejemplo de un adorador patriarcal cuando oró, tiempo en el cual Dios decidió presentar el cristianismo a los que todavía vivían bajo este sistema. Pero si Cornelio no hubiera sido un adorador regular aceptable según las prescripciones del sistema en que vivía, su oración todavía hubiera sido una clase de petición que en un sentido Dios puede responder (en nuestro tiempo, providencialmente) al proveer oportunidad de oír el Evangelio de Cristo. Dios puede no haber oído la oración de Cornelio en el sentido de aceptarle como Su hijo, sino al tener conocimiento de su oración y responder al concederle una oportunidad de escuchar Su mensaje.

Barnes sugirió que, en el caso de Cornelio, “habiendo actuado según la luz que tenía, sus oraciones fueron oídas, y sus limosnas fueron aceptadas (2005). Johnson añadió: “Él fue oído porque ansiaba la luz y usaba toda la luz que tenía” (2008). Independientemente de la provisión milagrosa que existía en el primer siglo y que llegó a su fin en tal tiempo (1 Corintios 13:8-13), la providencia de Dios continúa respondiendo a los que buscan la verdad con sinceridad (cf. Hebreos 11:6).

Referencias

Barnes, Albert (2005), Notas de Barnes [Barnes Notes] (Seattle: Biblesoft).

Johnson, B.W. (2008), El Nuevo Testamento del Pueblo [The People’s New Testament] (Georgetown: Wordsearch).