La Razón por la cual Dios Aborrece el Divorcio
Resumen | El divorcio es muy común y aceptado en nuestra sociedad moderna, pero Dios todavía lo aborrece. Aquí están las razones. |
En los Estados Unidos no se respeta el plan de Dios para el hogar. El divorcio se ha extendido en nuestra sociedad. Se ha observado adecuadamente que antes era común que los padres tuvieran muchos hijos pero que ahora es común que los hijos tengan muchos padres.[1] Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, si este es un año regular, habrá algo de 800,000 a 900,000 divorcios en el país.[2] ¿Qué piensa Dios en cuanto a este enfoque del divorcio? Para responder esta pregunta, veamos el libro de Malaquías.
Malaquías profetizó durante un tiempo difícil. No se tiene que leer mucho para descubrir que había prácticas impías en Israel en ese tiempo. Malaquías 1:6-14 revela que se había corrompido la adoración. Ellos profanaban la adoración al ofrecer lo cojo, enfermo y ciego como sacrificios mientras que conservaban lo mejor para ellos. Daban a Dios sus sobras. Como un predicador lo declaró, “[c]omo a un perro, ellos daban a Dios sus migajas”,[3] y esto era abominable delante de Él. Varias veces Él hizo referencia a lo que ellos hacían como actos de deslealtad.
No solamente su adoración era corrupta, sino también sus matrimonios. Dios les acusó de dos cosas:
Primero, se habían casado con mujeres paganas, lo cual la Ley prohibía específicamente (Malaquías 2:11-12; cf. Deuteronomio 7:3). Segundo, estaban divorciándose de sus esposas sin causa—posiblemente de sus esposas judías para casarse con mujeres paganas (Malaquías 2:13-16).
Malaquías revela claramente lo que Dios piensa en cuanto al divorcio. Él declaró: “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio” (2:16). Note el lenguaje fuerte que se usa. No dice que a Dios Le incomoda el divorcio. No, Dios aborrece el divorcio.
Puede parecer extraño pensar que Dios aborrezca algo; después de todo, la Biblia enseña que Dios es amor (1 Juan 4:8). Pero la Biblia también enseña que hay cosas que Él aborrece. El sabio hizo una lista de las cosas que son una abominación para Él:
Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos (Proverbios 6:16-19).
Una mujer que se había divorciado recientemente leyó este pasaje y dijo: “¡Esto describe mi matrimonio!”. Cuando se estudia Malaquías para descubrir la razón por la cual Dios aborrece el divorcio, se puede notar similitudes con Proverbios seis. Frecuentemente el divorcio se relaciona a esta lista. Entonces, ¿por qué aborrece Dios el divorcio?
Malaquías revela que Dios aborrece el divorcio porque es contrario a Su plan original.
Diez veces en el libro de Malaquías, Dios dice: “Decís”. Se debe considerar esta frase en contraste a “Jehová dice”. Esto revela la raíz de sus problemas. En la adoración y en sus hogares, sus pensamientos se centraban en ellos mismos.
En la lista del sabio de las cosas que Dios aborrece, se menciona primero “los ojos altivos” (Proverbios 6:17). El divorcio es producto del egoísmo. Muchos matrimonios fracasan porque ambas partes actúan egoístamente. En otros matrimonios, un cónyuge ha hecho todo lo posible por salvar el matrimonio, pero sus esfuerzos han sido en vano debido al egoísmo del otro cónyuge. En Malaquías, los hogares de Israel habían sido destruidos debido a acciones egoístas.
Esto no estaba en armonía con el plan de Dios sino con las maquinaciones del hombre. Proverbios 6:18 revela que Dios aborrece “el corazón que maquina pensamientos inicuos”. La frase “mujer de tu juventud” (2:14) puede revelar el motivo detrás de estos divorcios. Probablemente ellos estaban cambiando a sus mujeres mayores por mujeres más jóvenes. Ciertamente, ¡esto no era parte del plan de Dios!
El plan original de Dios para el hogar no incluía el divorcio. Esto es lo que Jesús señaló cuando los fariseos Le preguntaron en cuanto al matrimonio y el divorcio en Mateo 19:4-9. Note la brevedad de la respuesta de Jesús. Él no hizo referencia a la Ley de Moisés, sino presentó el propósito original de Dios para todos los matrimonios. Se permite el divorcio por una razón: adulterio. En el tiempo de Malaquías (y hoy), el divorcio por cualquier razón era la práctica común, “mas al principio no fue así” (vs. 8). Dios aborrece el divorcio porque es contrario a Su plan.
Malaquías revela que Dios aborrece el divorcio porque viola el pacto matrimonial.
Malaquías dijo: “…siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto” (2:14). Se debe notar que, incluso cuando estos hombres se habían divorciado de estas mujeres, Dios todavía las consideraba sus esposas. El divorcio no había cambiado este hecho.
El matrimonio es más que simplemente un acuerdo entre dos personas. Es un pacto no solamente entre dos, sino también con Dios. Cuando estos hombres decidieron quebrantar sus pactos, “no solamente la persona inocente fue una víctima de esta infracción de fe, sino también Dios [fue] una víctima”.[4]
Malaquías 2:15 comienza con la pregunta: “¿No hizo él uno…?”. El matrimonio es mucho más que firmar nombres en un documento legal. Los esposos hacen un pacto que solamente la muerte debe disolver (Romanos 7:1-3). Antes se solía reconocer esta verdad. Los votos nupciales dicen: “Hasta que la muerte nos separe”. Pero muchos han cambiado estos votos a: “Hasta que dure el amor”. La gente puede cambiar las palabras, pero esto no cambia el diseño de Dios y el propósito del matrimonio.
Malaquías 2:14 declara que “Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud”. Esto nos hace recordar que Dios ve todo. Oye las promesas que hacemos mutuamente. Oye nuestros votos, especialmente nuestro voto nupcial. Un autor dijo: “Dios no considera los votos nupciales como simplemente sentimientos sinceros. Él los considera como compromisos serios”.[5]
Dios considera seriamente los votos o promesas que hacemos (Eclesiastés 5:2,4-5; Mateo 5:37). Esto es especialmente cierto en cuanto a nuestros votos nupciales. Una de las razones por las cuales Dios aborrece el divorcio es porque Él aborrece al “testigo falso que habla mentiras” (Proverbios 6:19). Si sucede algún divorcio, entonces uno o ambos han quebranto su pacto. El divorcio involucra promesas, pactos y votos quebrantados delante de Dios.
Malaquías revela que Dios aborrece el divorcio porque es un acto violento y destructivo.
Malaquías sostiene la idea de que, en el matrimonio, Dios hace una creación de dos (2:15). Por toda la Biblia se ilustra esta unidad con la descripción de “una sola carne” (e.g., Génesis 2:24; Efesios 5:31). Algunas veces se da a esta frase una explicación puramente física. Recuerdo a un maestro que dijo que esta era simplemente una referencia a la relación sexual. Sin embargo, Malaquías afirma que esto es algo más. Muestra que es una obra de Dios (“Él” los hace uno, vs. 15). Esto es significativo. En el matrimonio, Dios une al hombre y la mujer.
Es un acto de violencia separar esta unidad por medio del divorcio. A algunos les gusta pensar en el divorcio como un acto rápido y sin dolor, pero el divorcio es un acto destructivo y violento. Por esta razón Malaquías 2:16 dice:
Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.
La división de esta “sola carne” no es menos salvaje que la destrucción del cuerpo físico (Efesios 5:29-30). La única diferencia es que no se la puede ver fácilmente. Deja heridas invisibles pero profundas.
Se ha descrito el divorcio como “una muerte que nunca termina”.[6] Una mujer que experimentó un divorcio, dijo: “Sentía como si alguien hubiera muerto, pero no sabía quién era”. Muchos escritos testifican del hecho que frecuentemente la gente divorciada atraviesa fases similares a las de aquellos que han perdido a seres queridos.
Charles Hodge observó:
Dios aborrece el divorcio. Hay lenguaje fuerte en Malaquías 2:16. Los hombres aborrecen las nuevas nupcias; Dios aborrece el divorcio. El divorcio es peor que la muerte… El divorcio destruye a personas, niños y familias. El divorcio traumatiza. Los dos que llegaron a ser uno ahora están divididos. El lazo entre el varón y la mujer ha sido cortado. El divorcio es suicidio.[7]
Piense en cuanto a esto en relación con Proverbios 6. ¿Qué más aborrece Dios? Él aborrece “las manos derramadoras de sangre inocente” (vs. 17). El divorcio no es una muerte física, pero involucra destrucción violenta de la sola carne que Dios ha creado.
Malaquías revela que Dios aborrece el divorcio porque es un acto doloroso.
Ni Malaquías ni ningún otro escritor bíblico describe el divorcio como un evento dichoso. Malaquías 2:13 destaca y dice: “Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor”. Él estaba hablando de las lágrimas de mujeres y niños que habían sido abandonados debido al egoísmo desconsiderado del cónyuge. Ciertamente el divorcio es un acto doloroso. El divorcio hiere.
Holly Hudson, de Enfoque en la Familia, habló del mito de un “Divorcio Fácil”.
A pesar de los más grandes esfuerzos del sistema legal por hacer del divorcio algo “más fácil”, todavía es un proceso desagradable, no solo logísticamente sino también emocionalmente. A menudo ambos cónyuges experimentan dolor y lamento que perdura. Algunos conflictos nunca se resuelven, haciendo que el resentimiento crezca. Cualquiera de los cónyuges puede experimentar ira, ansiedad, depresión y otras emociones que le pueden afectar físicamente. La lista de los efectos negativos del divorcio en la gente es larga. Sin importar cuán barato o necesario sea el procedimiento, el divorcio siempre tiene un precio terrible.[8]
Alguien que me habló de su divorcio, dijo: “Nadie atraviesa por un divorcio sin ningún cambio. No hay nada bueno en cuanto al divorcio—sea escritural o no. Nada. Esta es una pesadilla real”. Otro dijo: “Sin duda, el divorcio fue la peor etapa de mi vida. Me preguntaba si algún día sanaría, y en algunos aspectos todavía no lo hecho. El trauma es masivo”.
En “La Verdad en cuanto al Divorcio”, Cheryl Scruggs declaró que su esposo y ella conservaron una relación relativamente buena a lo largo de su divorcio. Ella dijo: “Nosotros tuvimos lo que se puede llamar un divorcio ‘modelo’. Compartimos a las niñas, raramente peleamos, sino que conservamos la amistad por ‘el bien de las niñas’ durante nuestros años de divorcio; ¡y esto todavía fue terrible! Nuestras vidas no se restablecieron”. Su conclusión fue que, sin importar lo que se diga, “¡el divorcio es terrible!”.[9]
Los estudios muestran que, aunque se puede encontrar cierto sentimiento temporal de felicidad, generalmente la gente no encuentra lo que está buscando en el divorcio.[10] Una de las razones por las cuales Dios aborrece el divorcio es porque aborrece “la lengua mentirosa” (Proverbios 6:17). El divorcio involucra la mentira de que todo será mejor con el divorcio. El diablo es el padre de estas mentiras (Juan 8:44). Él ha estado tratando de destruir hogares desde el principio con estas mentiras.
Malaquías revela que Dios aborrece el divorcio porque interfiere con la crianza de hijos piadosos.
Al responder por qué Dios los hizo “uno” en matrimonio, Malaquías dice: “Porque buscaba una descendencia para Dios” (2:15). Es la voluntad de Dios que los niños crezcan en un hogar con padres piadosos y que esto se perpetúe de generación a generación (Deuteronomio 6:7-9; Efesios 6:1-4). Sin embargo, el divorcio atenta contra este plan.
Se ha criado hijos fieles en hogares con problemas, pero en muchas formas el divorcio hace esto más difícil. Dios aborrece el divorcio porque aborrece al “que siembra discordia entre hermanos” (Proverbios 6:19), y el divorcio destruye la armonía del hogar.
El divorcio no destruye a todos los niños, pero las investigaciones muestran consistentemente que ellos son impactados negativamente por años. Hablando de la manera en que el divorcio afecta a los niños, el Dr. Bill Maier comentó:
La investigación muestra que los niños se desempeñan mejor en toda medida de bienestar si crecen en un hogar con una madre y un padre que están casados. Incluso si el matrimonio es menos que perfecto, siempre es mejor permanecer juntos para los hijos que divorciarse. Muchos estudios realizados en hijos adultos de hogares divorciados confirman esto. La única excepción es si hay abuso físico o emocional en el hogar.[11]
¿Todavía aborrece Dios el divorcio?
El mundo enseña que Dios ha cambiado Su forma de pensar sobre muchas cosas, pero, a través de Malaquías, Dios revela: “Porque yo Jehová no cambio” (3:6). Se admite que este versículo no habla del divorcio en su contexto inmediato, pero esto aborda la naturaleza de Dios. Él es “el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). Él aborrecía el divorcio en el tiempo antiguo cuando asolaba los hogares de Israel, y todavía lo aborrece hoy mientras destruye los hogares en América.
CONCLUSIÓN
De los 900,000 divorcios que sucederán este año, la mayoría de estos matrimonios no tienen problemas insolubles. El Dr. Bill Maier declaró:
La mayoría de los divorcios actuales es a lo cual los psicólogos hacen referencia como divorcios de “conflicto menor”. En otras palabras, la pareja no está involucrada en peleas causticas, violentas y prolongadas—ellos simplemente reportan que ya no “sienten amor” o que su pareja ya no “satisface sus necesidades”.[12]
Según Amy Desai,
[l]a investigación muestra que la mayoría de los matrimonios que termina en divorcio tiene niveles promedios de felicidad y conflicto. En otras palabras, no son relaciones que están en problemas profundos físicos o emocionales… [L]a mayoría de los matrimonios que terminan en divorcio es simplemente regular.[13]
El punto es que la mayoría de los matrimonios destruidos por el divorcio pudiera salvarse si los esposos estuvieran dispuestos a hacerlo. La gran mayoría se da por vencida porque siente que sus necesidades no son satisfechas o que ya no ama a su cónyuge, pero la Biblia enseña que el matrimonio es un compromiso de por vida que involucra el sacrificio, la paciencia amorosa y la prioridad de las necesidades del cónyuge sobre las nuestras. No sigamos el camino que la mayoría siguió en el tiempo de Malaquías. Esforcémonos en amar lo que Dios ama y aborrecer lo que aborrece. Continuemos buscando Su voluntad en nuestros hogares.
Referencias
[1] Harrub, Brad, “El Meollo del Asunto… Acepto” [“The Heart of the Matter… I do”], http://churchofchristarticles.com/blog/administrator/the-heart-of-the-matter-i-do/.
[2] “Matrimonio y Divorcio” [“Marriage and Divorce”] (2017), CDC, https://www.cdc.gov/nchs/fastats/marriage-divorce.htm.
[3] Vick, Ben Jr. (2015), “Dios Aborrece el Divorcio” [“God Hates Divorce”], sermón en audio, http://www.shelbyvilleroad.org/audio-sermons-2/2015/3/8/god-hates-divorce.
[4] Blackwelder, Mark (2017), “Dios Aborrece el Divorcio” [“God Hates Divorce”], sermón en audio, http://esteschurch.org/god-hates-divorce/.
[5] Warren, Shellie (sine data), “6 Razones (Realmente Importantes) para Pensar Dos Veces en el Divorcio” [“6 (Really Important) Reasons to Rethink Divorce”], beliefnet, https://www.beliefnet.com/love-family/relationships/affairs-and-divorce/6-really-important-reasons-to-rethink-divorce.aspx.
[6] Erickson, Kenneth (1983), Por Favor, Señor, Desata Mi Lengua [Please, Lord, Untie My Tongue] (St. Louis, MO: Concordia Publishing House), p. 35.
[7] Hodge, Charles (2002), “Dos Llegan a Ser Uno” [“Two Become One”], Gospel Advocate, 144[6]:48.
[8] Hudson, Holly (2002), “Definiendo el Divorcio” [“Defining Divorce”], Focus on the Family, https://www.focusonthefamily.com/marriage/divorce-and-infidelity/divorce-and-separation/defining-divorce.
[9] Scruggs, Cheryl (2010), “La Verdad en cuanto al Divorcio” [“The Truth about Divorce”], Focus on the Family, https://www.focusonthefamily.com/marriage/divorce-and-infidelity/guarding-your-heart-in-marriage/the-truth-about-divorce.
[10] Waite, Linda, et.al. (2002) “¿Hace Feliz el Divorcio a la Gente?” [“Does Divorce Make People Happy?”], Institute for American Values,
http://americanvalues.org/catalog/pdfs/does_divorce_make_people_happy.pdf.
[11] Maier, Bill (2008), “El Dr. Bill Maier Habla sobre el Divorcio” [“Dr. Bill Maier on Divorce”], Focus on the Family, https://www.focusonthefamily.com/marriage/divorce-and-infidelity/should-i-get-a-divorce/maier-on-divorce.
[12] Ibid.
[13] Desai, Amy (2018), “¿Quién Se Divorcia?” [“Who Gets Divorced?”], Focus on the Family, https://www.focusonthefamily.com/marriage/divorce-and-infidelity/should-i-get-a-divorce/who-gets-divorced.
Derechos © 2020 por www.ebglobal.org. Traducción por Moisés Pinedo. Publicado originalmente en Familia Cristiana, 4[2]:8-11.