¿Podemos Entender Todos la Biblia de la Misma Manera?

Cuando se hace la pregunta, “¿Podemos entender todos la Biblia de la misma manera?”, frecuentemente la respuesta es: “No importa lo que crea en religión, siempre y cuando sea sincero”. O, “Usted puede interpretar la Biblia a su manera, y yo interpretaré la Biblia a mi manera”.

Comparemos esto con lo que Pablo escribió:

Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer (1 Corintios 1:10).

¡Parece que Pablo pensó que las personas debían estar de acuerdo!

¿Podemos entender la Biblia de la misma manera?

  • Moisés dijo que podíamos obedecer las Escrituras de la misma manera: “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley” (Deuteronomio 29:29).
  • David dijo que se podía entender la Palabra de Dios y que se debía evitar la falsa doctrina: “De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira” (Salmos 119:104).
  • Juan dijo que podíamos examinar la evidencia y llegar a la misma conclusión: “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:30-31).
  • Pablo dijo que debemos estar de acuerdo: “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Efesios 5:17).
  • Jesús oró para que estuviéramos de acuerdo: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:20-21).

Lo cierto es que si entendemos la Biblia, entonces la entenderemos de la misma manera. El mal entendimiento guía a las divisiones religiosas. ¡El Señor no es responsable de las divisiones religiosas que vemos alrededor nuestro! Ya que Dios no es autor de confusión (1 Corintios 14:33,40), entonces esto quiere decir que la comunidad confusa, dividida y conflictiva no se originó en la mente divina; esto tampoco le agrada.

¿Podemos todos creer las mismas cosas? Pare, cierre sus ojos y piense en esto. ¿No sería maravilloso si todos los que reclamaran seguir a Cristo creyeran lo mismo (cf. Salmos 133:1)? Piense en el beneficio superior que esto tendría. Esta es una idea noble. Tal vez nos ayudaría en este propósito comenzar con las áreas en que todos estamos de acuerdo.

El Mismo Destino

Todos queremos ir al mismo lugar—el cielo. Todos podemos estar de acuerdo en cuanto al lugar a donde queremos ir cuando muramos—a una morada en una calle de oro (Juan 14:2). Tiene sentido que todos los que quieren ir al mismo lugar tomen el mismo camino. Todos los caminos pueden haber conducido a Roma, pero no todos los caminos conducen al cielo. Jesús dijo: “Yo soy el camino [singular], y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Él habló de un camino en una sola dirección que guía allí (Mateo 7:13-14). Cualquier otro camino conduce a la muerte (cf. Juan 12:48; Gálatas 1:6-9).

El Mismo Señor

Todos creemos en el mismo Señor Jesús. Todos podemos unirnos en la creencia que Cristo es Dios. Él murió por nosotros, para adquirirnos. Nos ama. Merece nuestra lealtad. ¿Cómo mostramos que Él es el Señor de nuestras vidas? Al obedecerle. Él dijo: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46). También dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). Las Escrituras dicen de Él:

Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen (Hebreos 5:8-9).

El Mismo Dios

Todos adoramos al mismo Dios. Todas las reuniones cristianas dirigen su servicio al mismo Dios. Ya que debemos agradar a Dios en la adoración (Juan 4:23-24), tiene sentido que hagamos lo que Él quiere que hagamos en la adoración en vez de lo que nos agrada (Marcos 7:6-7). (Debemos aprender a disfrutar hacer lo que a Él le agrada).

El Mismo Libro

Todos usamos el mismo libro—la Biblia. En todas las reuniones cristianas se lee la Santa Biblia. Todos están de acuerdo que la Palabra de Dios debería ser el estándar en la religión. Alguien pudiera decir, “Seguro, pero no todos podemos interpretarla de la misma manera”. Pensemos en esto. ¿Dio Dios, el Sabio infinito, un libro que es tan confuso que no podemos entenderlo de la misma manera? ¿Fue Dios incapaz de dar un libro que todos pudiéramos seguir de la misma manera? La Biblia es un reflejo de Su omnisciencia. ¿No quiso darnos un libro que todos pudiéramos entender? La Biblia es un reflejo de Su omnibenevolencia (amor). Ciertamente nadie quiere despreciar a Dios al decir que Él no tuvo la disponibilidad o capacidad de transmitir Sus pensamientos en palabras entendibles (cf. Juan 8:24).

Por tanto, podemos ver que cuando los hombres se dividen, esto no es la culpa de Dios. Muchos permitimos que nuestros prejuicios eviten que abramos nuestras mentes para ver la verdad (2 Corintios 3:14-16). Al poner a un lado nuestras nociones preconcebidas y simplemente interpretar los versículos a la luz del contexto inmediato y general de la Biblia (ninguna interpretación correcta de un versículo contradice a otro versículo), podemos entender la Biblia—de igual manera. ¿No sería esto maravilloso?

La Misma Necesidad

Todos tenemos la misma necesidad—el perdón. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Todos nos damos cuenta que somos pecadores abandonados que hemos recibido la gracia de Dios. No estamos en la posición de hacer una propuesta a Dios—solamente en la posición de rogar. Dios está dispuesto y tiene la capacidad de perdonarnos, y solamente Él puede perdonar (Marcos 2:7,7,10-11). Ya que no podemos limpiarnos a nosotros mismos, tiene sentido que todos tengamos el mismo pensamiento en cuanto a lo que Dios ha dicho que hagamos para ser salvos. Un plan de salvación de manufactura humana es inútil (Jeremías 10:23).

Los Mismos Requerimientos

Todos deben cumplir los mismos requerimientos. Ya que todos necesitamos perdón, todos debemos cumplir las condiciones por las cuales Dios lo concede. Él no hace acepción de personas (Romanos 2:11), así que lo que requiere de uno, requiere de todos. Estudie cuidadosamente tales pasajes como Juan 3:16; 8:24; Marcos 16:16; Hechos 2:37-41; 3:19; 8:12-13,30-39; 9:6,18; 10:47-48; 16:14-15,30-34; Romanos 6:1-6; 10:10-17; 1 Corintios 12:13; Gálatas 3:2-27; y 1 Pedro 3:21.

Considerándolos en conjunto (no podemos escoger cuáles mandamientos obedecer y cuáles no obedecer), estos requerimientos demandan la fe, el arrepentimiento, la confesión y el bautismo como acciones esenciales para la salvación del pecador. Note que estos versículos consideran la parte humana en la salvación. Según Efesios 2:8-9, la salvación no es merecida, y por ende, es por gracia. Pero la gracia no descarta los actos de obediencia; tampoco descarta el hecho que Dios establece estas condiciones. No es merecida, pero tampoco es incondicional.

¿Deberían todos los hombres creer las mismas cosas en religión? Según las Escrituras, ¡sí! No es suficiente simplemente estar de acuerdo que todos estamos en desacuerdo. Dios espera que todos sigan solamente lo que Él ha revelado (2 Timoteo 3:16-17), sin añadir ni quitar a Su Palabra (Apocalipsis 22:18-19). Para lograr esto, podemos necesitar vencer uno o más de los obstáculos comunes:

  • La ignorancia de las Escrituras (Romanos 10:3).
  • Los familiares y el trasfondo familiar (Mateo 19:29; 10:34-37).
  • El orgullo y el titubeo de admitir las faltas (Proverbios 14:12; 16:18; Apocalipsis 3:17-18).
  • El sentimiento falso de seguridad que se basa en el enfoque de la mayoría (Éxodo 23:2; Mateo 7:13-14,21).
  • El poder de la falsa doctrina (Mateo 13:14-15; Efesios 5:6; 2 Tesalonicenses 2:3,9-12).
  • Las artimañas y engaños de Satanás (2 Corintios 4:3-4).
  • La tradición religiosa: “Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres… Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición,…invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido” (Marcos 7:5-13).

Wayne Jackson comentó sobre la posibilidad de entender la Biblia de la misma manera:

Nosotros actuamos según la suposición de que todos, aunque somos inmortales, podemos darnos a entender. Una tienda coloca un anuncio en el periódico en cuanto a una venta que se acerca. Cientos de personas van al mismo establecimiento en el día correcto en el tiempo correcto esperando que algunos artículos específicos tengan un cierto precio. ¿Cómo es que todos ellos pueden entender el anuncio de la misma manera?... Un doctor prescribe un medicamento; ¿creemos que el farmaceuta entenderá lo que el doctor ha prescrito, y tenemos la confianza que podemos entender las instrucciones para tomar la medicina? (Jackson, s.d.).

¡Se puede lograr la unidad en asuntos de fe! Esto sucedió en los primeros años de la iglesia: “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma” (Hechos 4:32). Si aceptamos la Palabra de Dios (1 Pedro 4:11), entenderemos la Biblia de la misma manera y la practicaremos de la misma manera (1 Corintios 1:10). El ruego de las iglesias de Cristo es que todos los hombres se unan en un entendimiento común de las Escrituras. ¿Nos ayudará a restaurar la unidad?

¡Todos podemos entender la Biblia de la misma manera!

Referencia

Jackson, Wayne (sine data), “¿Podemos Entender la Biblia de la Misma Manera?” [Can We Understand the Bible Alike?”], Christian Courier, http://www.christiancourier.com/articles/225-can-we-understand-the-bible-alike.