¿Predicó Jesús en el Hades?

Pregunta:

“Quisiera saber si Jesús fue a predicar al hades”.

Respuesta:

La respuesta corta a esta pregunta es: “No”. La pregunta puede originarse debido a dos versículos que el apóstol Pedro escribió:

Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios (1 Pedro 4:6, énfasis añadido).
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua (1 Pedro 3:18-20, énfasis añadido).

El punto de 1 Pedro 4:6 es que se predicó el Evangelio (en el tiempo pasado) a aquellos que estaban muertos (en el tiempo presente), así que era apropiado que los justos y los injustos fueran juzgados. La gente de 1 Pedro 4:6 estaba viva cuando escuchó el Evangelio, pero al tiempo del escrito del apóstol, estaba muerta. Ellos enfrentarían el juicio al final del tiempo (Hebreos 9:27).

La idea en 1 Pedro 3:18-20 es la misma. El Espíritu Santo (1 Pedro 3:18) predicó a los espíritus encarcelados. Los espíritus “encarcelados” habían estado vivos cuando se les habló la Palabra de Dios, pero en el tiempo de Pedro, estaban muertos. Aquellos “espíritus” de 1 Pedro 3:19 eran “almas” que habían vivido antes del Diluvio universal y que habían rechazado la Palabra de Dios (1 Pedro 3:20). El medio por el cual el Espíritu les predicó fue el “pregonero de justicia”—Noé: “…Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; y…no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos” (2 Pedro 2:4-5, énfasis añadido). Generalmente, los que vivieron en el tiempo de Noé tuvieron 120 años para oír y obedecer la Palabra de Dios mientras Noé construía el arca (Génesis 6:3).

Adicionalmente, “fue y predicó” simplemente es una expresión reiterativa comparable a “habló, diciendo”. Estas palabras representan la misma actividad, no algún plan de viaje previo a la predicación.