¿Será el cielo en la tierra?

Resumen

La tierra no es la recompensa cristiana; en cambio, el cielo es la esperanza final y gloriosa del cristianismo verdadero.

Pregunta

«¿Unirá Dios el cielo y la tierra al final? ¿O será el cielo en la tierra?».

Respuesta

No. Dios no unirá el cielo y la tierra. Los milenialistas se equivocan en creer que los justos vivirán en el planeta tierra por mil años. Por otra parte, los partidarios de la tierra renovada también se equivocan en suponer que los justos vivirán en la tierra eternamente. Ambos errores son el producto del enfoque materialista y literal de pasajes que realmente tienen aplicaciones espirituales. La destrucción completa de nuestro mundo que la Biblia claramente registra descarta ambos errores doctrinales.

Jesús señaló claramente: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Mateo 24:35; Marcos 13:31; Lucas 21:33). El «cielo» de este pasaje es la atmósfera celestial que rodea la tierra, el mismo «cielo» en que las aves vuelan (Lucas 13:19; Salmos 104:12; Jeremías 4:25; Lamentaciones 4:19; etc.)… El apóstol Pedro nos da una descripción gráfica del final de la tierra y su destrucción completa por el fuego (2 Pedro 3:7-10). Él dice que «los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas». La palabra griega para «quemadas» es katakaid, [la cual Vine define] «quemar completamente, como en la quema de la paja».[1]

La frase «tierra nueva» en 2 Pedro 3:13 y Apocalipsis 21:1 no puede hacer referencia a la reutilización de este planeta, ya que la palabra griega para «nueva» aquí significa «nueva en naturaleza» y por ende «no usada todavía» (Kittel). La «tierra nueva» que 2 Pedro 3:13 y Apocalipsis 21:1 visualizan no tiene nada que ver con nuestro planeta actual. Estos enunciados no están hablando de esta tierra antigua en algún estado renovado.[2]

Las partículas más minutas de materia—los componentes fundamentales de todo—no existirán más después de la destrucción ardiente de la tierra, después que sea totalmente consumida.[3]

Varias escrituras hablan específicamente de la existencia celestial y eterna de los hijos de Dios después de la Segunda Venida de Jesucristo. Considere los siguientes ejemplos para el estudio adicional:

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan (Mateo 6:19-20).

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo (Filipenses 3:20).

…a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio (Colosenses 1:5).

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor (1 Tesalonicenses 4:16-17; cf. Juan 14:1-3).

Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos (Hebreos 10:34).

Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros (1 Pedro 1:3-4).

El cielo y la tierra no son lo mismo y no serán unidos al final; en cambio, el cielo es la esperanza de los justos después del regreso de nuestro Señor y Salvador.

[1] Cline, Ted (1974), «¿Cielo o tierra?» [«Heaven or earth?»], Firm Foundation, 5 de febrero, p. 6.

[2] Warren, David (2016), «¿Será el cielo en la tierra?» [«Will heaven be on earth?»], The Spiritual Sword, julio, p. 29.

[3] Nueva concordancia con diccionario griego-hebreo expandido y números exhaustivos de Strong de Biblesoft [Biblesoft’s new exhaustive Strong’s numbers and concordance with expanded Greek-Hebrew dictionary] (2010), (Seattle, WA: Biblesoft).