¿Tomar o No Tomar?
¿Qué ha revelado Dios en Su Palabra, la Biblia, en cuanto al consumo de bebidas alcohólicas? ¿Qué palabras en nuestras traducciones bíblicas identifican a las bebidas alcohólicas? Hay 10 palabras hebreas y tres palabras griegas que se traducen como “vino/mosto” en la Biblia. Algunas veces “vino” hace referencia a frutos que se cosechan (Números 18:12-13). Puede hacer referencia al racimo de uvas (Isaías 65:8). Puede hacer referencia a pasas (Oseas 3:1). Puede hacer referencia a la prensa de uvas (Nehemías 13:15). Puede hacer referencia al jugo de uvas (Proverbios 3:10; Isaías 16:10). O puede hacer referencia al vino alcohólico (Génesis 9:21).
El contexto es el factor que determina la definición para “vino”, tanto en el hebreo o en el griego. Ya que las palabras para “vino” no indican un estado alcohólico o no-alcohólico por definición, solamente se puede determinar el significado por medio del contexto.
En cuanto a los principios bíblicos, hay dos categorías de “vino”: (1) el que Dios aprueba y (2) el que Dios desaprueba. La conclusión más simple y razonable es que las referencias a las bebidas no-alcohólicas están en la categoría de “bebidas aprobadas”. Por otra parte, las referencias a las bebidas alcohólicas están en la categoría de “bebidas desaprobadas”. Cuando se examina los pasajes respectivos, se llega a ver que esto es cierto.
Debido a la brevedad de este artículo, se presentará las referencias bíblicas del Nuevo Testamento. Esto es apropiado ya que el Nuevo Testamento es el pacto de Dios bajo el cual están sujetos todos los que viven actualmente (Romanos 7:6-7; Efesios 2:15; Colosenses 2:14), y este es el pacto por el cual seremos juzgados (2 Corintios 5:10).
El Nuevo Testamento demanda sobriedad en muchos pasajes (e.g., 1 Tesalonicenses 5:6-8; 1 Pedro 1:13; 4:7; 5:8). La palabra que se traduce “sobrio” en cada caso significa abstenerse de vino alcohólico. Así que además de la enseñanza en forma negativa, las enseñanzas prohibitivas contra el consumo de alcohol constituyen la instrucción positiva equivalente.
Es claro que la embriaguez es pecado (1 Corintios 6:10; Gálatas 5:21), pero ¿cuándo llega alguien a estar embriagado? Los bebedores sociales frecuentemente sugieren una distinción marcada. Pero tanto en el español y los idiomas originales, “embriaguez” y “embriagado” hacen referencia a la “intoxicación”.
La embriaguez involucra varios grados de intoxicación, pero la intoxicación (embriaguez) comienza con el primer consumo de alcohol; el consumo de la primera bebida alcohólica es una realidad psicológica, pero más importante, es una realidad bíblica. Efesios 5:18 enseña definitivamente contra el consumo de alcohol: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”. El tiempo verbal griego en este versículo prohíbe que el cristiano se involucre en el proceso de embriaguez, lo cual significa refrenarse de la primera copa.
Comúnmente los partidarios de la bebida alcohólica recurren al evento en que Jesús hizo “vino” en una boda, e intentan usar este texto como prueba en defensa de la bebida social. Aparte de la condenación del vino alcohólico en la Biblia, lo cual ya se ha señalado, considere las ramificaciones graves de suponer que nuestro Salvador hubiera hecho bebida alcohólica en tal festividad (Juan 2:1-10).
Jesús nació, vivió y murió mientras el Antiguo Testamento todavía regía. Bajo el judaísmo, era un pecado dar bebida alcohólica a alguien (Proverbios 20:1; Habacuc 2:15). Si Jesús hubiera dado alcohol a los invitados a la boda, hubiera violado la Antigua Ley y hubiera sido culpable de pecado. Entonces, como pecador, no hubiera podido ofrecerse como el sacrificio perfecto por nuestros pecados (Hebreos 4:15; 9:28). De ser así, la humanidad no tuviera esperanza de redención ya que carecería de Salvador (1 Corintios 15:19). Ya que “vino” puede hacer referencia a la bebida alcohólica o no, debemos concluir que nuestro Señor no hizo bebida fermentada en Juan 2.
Desde una perspectiva histórica, es equivocado declarar, como algunos lo hacen, que el suministro insuficiente de agua potable requería que se consumiera bebidas alcohólicas en el tiempo antiguo. Canaán tenía abundancia de agua (Deuteronomio 8:7). Había suficiente jugo de uva, y los antiguos preservaban la abundancia de jugo de uva sin fermentación para el consumo posterior. Para preservar el jugo de uva, la gente podía emplear los siguientes métodos:
- Primero, se podía hervir el jugo de uva por cuatro a cinco horas para reducirlo a un estado en que no se echaría a perder. Luego se le podía agregar agua.
- Se podía sumergir el jugo de uva en una fuente de agua fría (e.g., cisterna) a 45° Fahrenheit o menos por al menos 40 días para hacer que la levadura se asiente en el fondo del recipiente. Luego se podía transferir el jugo de uva en otro recipiente donde no hubiera levadura para fermentarlo.
- Se podía pasar el jugo de uva por filtros, varias veces para quitar la levadura.
- Se podía añadir azufre al jugo de uva. Esto neutralizaría la levadura para que no se fermente o eche a perder.
- Se podía poner el jugo de uvas en un recipiente sellado, evitando la fermentación. Después de sacar el jugo del recipiente, se ponía el resto en un recipiente sellado más pequeño.
Todos los argumentos a favor de la bebida social son falaces, sea que se trate de apelar a la historia o que se intente usar las Escrituras para permitir el consumo. Si una persona está interesada en seguir las Escrituras y agradar a Dios, no participará de la bebida social. Si quiere evitar los problemas médicos relacionados al alcohol, como también al empleo, las finanzas, la ley y la familia, no beberá. La bebida social es una miseria auto-infligida que afecta negativamente a las personas, familias, empleados y naciones.
Para un estudio en cuanto al “vino” que Jesús hizo, lea “¿Qué Clase de Vino Hizo Jesús?”.
Derechos en español © 2014 por www.ebglobal.org. Traducción por Moisés Pinedo. Título original en inglés, “To Drink or Not to Drink”, en Gospel Gazette, 15[10]:2.