Abraham: El camino de la fe

Resumen

La fe es un caminar diario, no es una carrera de competencia. Caminemos y crezcamos en nuestra fe como Abraham lo hizo.

— Lectura bíblica recomendada: Hebreos 11:8-12,17-19

Introducción

I. A pocos personajes se les dedica tanto espacio en la Biblia como a Abraham.

II. Su flexibilidad y disposición de perseverar en el servicio a Dios lo hacen único.

Exposición

I. Abraham: el camino de la fe.

A. A Abraham se le dedica la mayor parte de Génesis 12-25.

B. Su llamamiento inicial incluyó las grandes promesas de Dios (12:1-3), siendo la mayor de ellas que todo el mundo sería bendecido a través de él.

C. Él llegó a convertirse en el padre de los fieles (Romanos 4:11-16; Gálatas 3:6-9,29).

II. Su fe que confió en Dios.

A. Dios pidió a Abraham que hiciera algunas cosas difíciles.

1. Él debía dejar su pueblo natal y a sus familiares extendidos (Génesis 12:1; Hebreos 11:8-10).

2. Él debía sacrificar a su hijo de la promesa (Génesis 22; Hebreos 11:17-19).

B. ¿Qué tipo de fe firme se requiere para confiar en Dios a través de tales circunstancias?

III. Su fe que obedeció a Dios.

A. Abraham exhibió fe obediente a través de toda su vida.

B. Por la fe, Abraham obedeció los mandamientos de Dios a pesar de las demandas de estos.

C. Como Santiago declaró, las obras de Abraham perfeccionaron su fe (Santiago 2:21-24).

IV. Su fe que creció en Dios.

A. La fe de Abraham pasó por momentos de debilidad.

1. El temor (a pesar de las promesas de Dios) lo guio a engañar a otros en dos ocasiones en cuanto a su relación con Sara (Génesis 12:11-20; 20:1-18).

2. Imprudentemente, él y Sara trataron de «ayudar» a Dios a cumplir la promesa de un hijo a través de Agar (Génesis 16:1-4; 17:17-18).

B. Por la gracia de Dios, se permitió que su fe creciera hasta que él ya no dudara de las promesas del Señor (Romanos 4:18-22; Hebreos 11:17-19).

C. Lo mismo sucedió en el caso de los apóstoles (Mateo 8:25-26; Hechos 4:13).

Conclusión

I. Ya que Abraham no abandonó a Dios, Dios lo ayudó a atravesar todas estas faces de su fe.

II. Él creció hasta convertirse en el padre de los fieles.

III. Nosotros somos los hijos de Abraham si compartimos la misma fe que confía, obedece y crece en Dios.

IV. La fe es un caminar, no una carrera de competencia, así que crezcamos en nuestra fe como Abraham lo hizo (2 Tesalonicenses 1:3; 2 Pedro 1:8; 3:18).