¿Cuánto?

Lectura bíblica recomendada: 1 Reyes 12:25-33

Introducción

A. Cada vez que tomamos la decisión de comprar algo grande, primero debemos informarnos en cuanto al costo.

B. El pecado siempre conlleva gastos inesperados—un hecho que debemos saber ante la elección de servir al pecado.

Exposición

I. Jeroboam prometió mucho al pueblo de Israel.

A. Se esperaba que él aliviaría la carga que Salomón había colocado sobre los israelitas (cf. 1 Reyes 12:4,14).

B. Él pondría fin al favoritismo dado a la tribu de Judá (cf. 1 Reyes 4:26-28; 9:11; 12:16).

C. Él les prometió mayor conveniencia en la adoración (1 Reyes 12:28-33).

II. Al pueblo le gustó lo que oyó, pero se olvidó de preguntar cuál era el costo.

A. Esto les costó su alianza con la casa de David a la cual Dios había bendecido (cf. 2 Samuel 7:14-16).

B. Les costó su libertad y su relación con Dios (cf. Deuteronomio 12:5; 2 Reyes 17:20-23).

III. Nosotros también necesitamos calcular el precio.

A. Satanás y sus emisarios nos prometerán libertad (Juan 8:34; Romanos 6:16; 2 Pedro 2:19).

B. La consecuencia real del pecado es esclavitud, separación de Dios y muerte (Eclesiastés 11:9-10; Isaías 59:1-2; Romanos 6:23).

C. Las Buenas Nuevas es que aquellos que se encuentran en esclavitud espiritual pueden ser libertados (Juan 8:31-32; Romanos 6:1-7,17-18,23).

Conclusión

A. Israel pensó que estaba recibiendo mucho, pero olvidó preguntar cuál sería el precio.

B. Cuando el mundo nos haga promesas, nunca olvidemos preguntar: “¿Cuánto?”.