De pecador a santo: Impedimentos para la conversión—La ignorancia

Resumen

Debemos anunciar el Evangelio, para que así muchos abran sus ojos, se conviertan a la luz y reciban perdón de sus pecados.

— Lectura bíblica recomendada: Mateo 4:12-17

Introducción

I. Todos ignoramos muchas cosas, la mayoría de las cuales tienen poca importancia; pero en ocasiones la ignorancia puede ser perjudicial o incluso letal (por ejemplo, cuando se trata de la medicina, la gravedad, la nutrición o las leyes de tránsito).

II. Cuando se trata de la voluntad de Dios para la humanidad, el peligro de la ignorancia es más evidente.

III. Muchos permanecen muertos en el pecado debido a la ignorancia (Romanos 1:18; Efesios 2:1-3; 4:17-19).

Exposición

I. La ignorancia en cuanto a Dios.

A. Esta expresión describe a varios tipos de personas que no creen en el Dios del cielo: los ateos, agnósticos, etc.

B. Esta expresión describe a los incrédulos (o gentiles) del Nuevo Testamento (Romanos 1:18-25; 1 Corintios 2:6-9; Efesios 4:17-20).

II. La ignorancia en cuanto a la voluntad de Dios.

A. Esta expresión describe a varios tipos de personas que creen en el concepto de Dios pero que ignoran Su naturaleza verdadera o voluntad.

B. Esta expresión describe a los filósofos paganos del tiempo de Pablo (Hechos 17:16-34; especialmente 22-23).

C. Esta expresión describe a los judíos que, aunque conocían al Dios verdadero, rechazaron a Jesús y Su voluntad para ellos (Lucas 20:9-18; Hechos 4:1-12; Romanos 10:3-5).

D. En ambos casos (bosquejados en este punto y el anterior), la ignorancia impide la conversión (Hechos 17:30-31; Romanos 10:1-2).

III. La luz del Evangelio.

A. Frecuentemente la Biblia usa las tinieblas para describir la ignorancia (Mateo 4:16; Efesios 4:18).

B. En Jesús, la luz del Evangelio ha llegado a los que estaban en tinieblas (Mateo 4:12-16; Lucas 1:76-79; Juan 1:4-5; 3:16-21; 8:12; 9:5; Efesios 4:20-24; 2 Pedro 1:17-21).

C. La Palabra de Dios es lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino (Salmos 119:105).

Conclusión

I. Todos los que permanecen en ignorancia de Dios y Su voluntad perecerán (2 Tesalonicenses 1:6-9).

II. Debemos anunciar el Evangelio, para que así muchos abran sus ojos, se conviertan de las tinieblas a la luz y reciban perdón de sus pecados (Hechos 26:18).