El Cristiano y la Ira

Resumen

Aunque Dios Se aíra en ocasiones, los cristianos debemos aprender a lidiar con este sentimiento para ser más como Él.

— Lectura bíblica recomendada: Santiago 1:19-20

Introducción

I. En el Sermón del Monte, Jesús nos enseña a esforzarnos a ser más como Aquel que nos hizo a Su imagen y semejanza.

II. Cuando Jesús nos dice que no nos airemos contra nuestro hermano, ¿todavía nos está dando un consejo que nos hará más como Dios?

Exposición

I. La Biblia revela que Dios Se aíra.

A. En el Antiguo Testamento, leemos que Dios Se airó contra el pueblo de Israel, y los resultados fueron catastróficos (Números 25:3,9; 1 Crónicas 13:10).

B. La ira de Dios también está presente en el Nuevo Testamento (Mateo 21:12; Marcos 3:5; Colosenses 3:6).

C. Aunque Dios Se aíra, la ira no es parte de Su naturaleza distintiva (cf. 1 Juan 4:16).

II. ¿Cómo debería el cristiano lidiar con la ira?

A. No debemos albergar ira en nuestros corazones (Mateo 5:21-22; Romanos 12:17-19; Colosenses 3:8).

B. Debemos buscar resolver la ira de manera calmada y diligente (Mateo 5:23-26; Efesios 4:26-27).

C. Debemos recordar que la ira nos pone tropiezo en el ejercicio de nuestra prioridad fundamental (Mateo 6:33; Santiago 1:19-20).

D. Esto no quiere decir que algunas veces la ira no pueda ser productiva (Deuteronomio 30:1-10).

Conclusión

I. Si la ira nos controla, nuestro enemigo gana.

II. Podemos hacer que Dios Se aíre con nosotros, pero nunca podremos hacer que deje de amarnos o de querer que pasemos la eternidad con Él.