El Peligro del Orgullo
Introducción
A. Aunque estamos conscientes de los deseos de la carne y los deseos de los ojos, también debemos estar conscientes de la “vanagloria de la vida” (1 Juan 2:16).
B. La arrogancia es un mal que destruye hogares, relaciones y almas.
Exposición
I. Dios humilla a los que se enaltecen.
A. Dios humilló al rey de Egipto (Éxodo 10:3; 14:17-18).
B. Humilló al Rey Ezequías (2 Crónicas 32:25-26).
C. Humilló al Rey Manasés (2 Crónicas 33:11-12).
D. Humilló al Rey Nabucodonosor (Daniel 4:29-37).
II. Los siervos fieles a Dios portan la marca de la humildad.
A. Esto fue cierto en el caso de Jesús (Lucas 2:7; Filipenses 2:5-11).
B. La humildad es un elemento esencial del cristianismo (Filipenses 2:1-4; Efesios 4:2-3; 1 Corintios 13:4-5).
III. El orgullo es destructivo.
A. El orgullo causa división (Santiago 4:1-5; Proverbios 28:25).
B. El orgullo impide que nos sometamos a la voluntad del Dios Todopoderoso (Santiago 4:6-8).
C. El orgullo nos aleja de la gracia de Dios (Santiago 4:6).
D. El orgullo garantiza nuestra caída o destrucción (Proverbios 15:25; 16:18-19; 29:23).
Conclusión
A. El mundo puede llamarlo como quiera, pero la Biblia dice que el orgullo es un pecado (Proverbios 21:4)—un pecado que Dios aborrece (Proverbios 6:17; 8:13; 16:5).
B. Debemos admitir el hecho que ninguno de nosotros—ni siquiera Abraham (Romanos 4:2)—tiene el derecho de jactarse delante de Dios, ya que sin Su gracia, nadie tendría la esperanza de vida eterna.
Derechos en español © 2011 por www.ebglobal.org. Traducción por Moisés Pinedo. Título original en inglés, “The Danger of Pride”, por Roby Ellis.