El Precio de la Libertad

Lectura bíblica recomendada: Romanos 8:20-23

Introducción

A. Debemos estar agradecidos por las libertades que disfrutamos en una nación libre, ya que se obtuvo tales libertades a un gran precio.

B. A pesar de los grandes sacrificios que otros han hecho por alcanzar la libertad, la libertad todavía tiene un costo para todos nosotros.

C. Es bueno que tomemos tiempo para celebrar nuestras libertades civiles, pero es mucho más importante que recordemos el costo de nuestra libertad como ciudadanos del reino celestial.

Exposición

I. El Cielo ha pagado un gran precio por nuestra libertad.

A. Cristo dejó el cielo y vino a la Tierra para hacernos libres (Mateo 20:28; Lucas 4:18).

B. No hemos sido redimidos con oro o plata, sino con la preciosa sangre de Cristo (1 Pedro 1:18-19; cf. Números 3:44-48).

C. Parece que la muerte siempre debe preceder a la libertad (Romanos 7:2; 1 Corintios 7:39).

II. Nuestra libertad también tiene un precio para nosotros.

A. Para ser libres del pecado, debemos llegar a obedecer a nuestro nuevo Amo (Juan 8:31-32; Romanos 6:17-18; Santiago 1:25; 2:12).

B. La libertad nos costará nuestra propia vida (Mateo 10:32-39; Lucas 9:23; Apocalipsis 2:10).

C. Debemos renunciar a nuestra vida para poder salvarla (Marcos 8:34-28; Gálatas 2:20; 1 Tesalonicenses 5:9-10).

Conclusión

A. Cristo quiere que todos sean libres de las garras del pecado y la muerte.

B. Debemos recordar que la libertad siempre está acompañada de una medida adecuada de responsabilidad (1 Pedro 2:15-16; Gálatas 5:13).