Extranjeros y Peregrinos

Lectura bíblica recomendada: Hebreos 11:8-16

Introducción

Mientras lidiamos diariamente con los asuntos de la vida, es fácil olvidar que debemos ser como una ciudad asentada sobre un monte (Mateo 5:14).

Exposición

I. Algunos de los siervos más fieles de Dios vivieron como extranjeros en la Tierra.

A. Abraham era un extranjero en casi todo lugar donde iba (Génesis 17:8; 23:4; Hebreos 11:9).

B. Los descendientes de Abraham frecuentemente también vivieron como extranjeros (Génesis 26:1-3; 32:4; Deuteronomio 26:5; Salmos 105:23; Hechos 7:6,29).

C. David también experimentó lo que era vivir como un extranjero (1 Samuel 27:1-7; 1 Crónicas 29:14-16; Salmos 39:12).

D. En Su ministerio, Jesús no tuvo un hogar en el mundo (Mateo 8:20).

E. Los apóstoles también fueron peregrinos (1 Corintios 4:11-13).

II. Se espera que los extranjeros sean diferentes.

A. Tienen una apariencia diferente (cf. Romanos 12:2).

B. Tienen una forma de hablar diferente (Jueces 12:5-6; Marcos 14:70).

C. No están al día de los asuntos que nos conciernen (cf. Lucas 24:18).

III. Debemos actuar como extranjeros en el mundo.

A. Debemos abstenernos de las actividades lascivas que este mundo promueve (1 Pedro 2:9-11).

B. Debemos ser honestos en medio de la gente del mundo (Génesis 21:22-32; 23:6; Romanos 12:17-18; 1 Pedro 2:12).

C. Debemos entender que no agradaremos al mundo (Juan 15:18; 1 Pedro 2:12; 3:15-16).

Conclusión

A. Como extranjeros, debemos mostrar amabilidad a los extranjeros (Éxodo 23:9; Hebreos 13:2).

B. Como extranjeros en el mundo, nuestra ciudadanía está en el cielo (Filipenses 3:20).