La Fe de Abraham

Resumen

La Biblia describe a Abraham como “el padre de la fe”, y para ser hijos de Abraham, debemos tener la misma fe que el tuvo.

— Lectura bíblica recomendada: Hebreos 11:8-10

Introducción

I. Si se pudiera decir que algún mortal ha personificado la fe, con seguridad ese mortal sería Abraham.

II. Mientras consideramos la fe de este patriarca, comparémosla con nuestra propia fe, y recordemos que él estuvo sujeto a las mismas tentaciones que nosotros.

Exposición

I. La fe de Abraham lo llevó a lugares.

A. Su fe lo llevó a Canaán (Hebreos 11:8-9).

B. Su fe lo llevó a Moriah (Hebreos 11:17-19).

C. Su fe lo llevó al paraíso (Hebreos 11:10; cf. Lucas 16:22).

II. La fe de Abraham le dio valor.

A. Le dio valor para creer incluso cuando las probabilidades no estaban a su favor (Romanos 4:17-21; Hebreos 11:11-13).

B. Le dio valor para obedecer incluso cuando no entendía completamente (Génesis 17:23-27).

C. Le dio valor para enfrentar el reto más difícil de su vida (Génesis 22:7-8).

III. La fe de Abraham le fue contada por justicia.

A. Abraham reconoció que su propia justicia no era suficiente (Isaías 64:6; Mateo 5:20; Romanos 3:10-12; 10:1-4).

B. Ya que su propia justicia no era suficiente, buscó la justicia de Dios (Mateo 5:16; 6:33).

IV. ¿Es usted un hijo de Abraham?

A. Muchos creían que eran hijos de Abraham, pero realmente no lo eran (Mateo 3:9-10; Juan 8:31-41; Romanos 3:28-29).

B. Si somos fieles, se nos considerará hijos de Abraham a pesar de ser gentiles según la carne (Romanos 9:6-8).

C. Para ser verdaderos hijos de Abraham, debemos mostrar su fe (Gálatas 3:7-9) y revestirnos de Cristo por fe (vss. 26-29).

V. Hay alguien que es mayor que Abraham.

A. Jesús es mayor que Abraham (Juan 8:58; cf. 1:1-4).

B. Jesús tiene un mayor nombre (Filipenses 2:9-10).

C. Jesús es digno de más alabanza (Hebreos 3:3; 7:1-11).

D. Debemos poner nuestra confianza en Jesús (Hebreos 12:1-2).

Conclusión

Si quiere ser un hijo de Abraham y heredero de las promesas de Dios, debe tener fe que lo inste a obedecer cada mandamiento del Cielo, sin importar cuán difícil sea.