La omnipresencia de Dios

Resumen

Aunque podemos no entender completamente la omnipresencia de Dios, podemos vivir confiados de que Él está con nosotros.

— Lectura bíblica recomendada: Salmos 139:7-12

Introducción

I. Aunque la Biblia no contiene la palabra «omnipresencia», sí expresa el concepto claramente.

II. La realidad de la omnipresencia de Dios es un consuelo para el fiel, pero es causa de temor para el impío.

III. Tal conocimiento debe tener un impacto profundo en nuestra manera de vida.

Exposición

I. El significado del término «omnipresencia».

A. Esta palabra viene del latín omni, que significa «todo», y praesens, que significa «presente».

B. Es la capacidad de estar en todo lugar al mismo tiempo.

C. Quiere decir que «Dios, en la totalidad de su esencia, sin difusión o expansión, penetra y llena el universo en todas sus partes».[1]

II. La enseñanza bíblica en cuanto a la omnipresencia de Dios.

A. La Escritura enfatiza la omnipresencia de Dios y sus implicaciones.

B. Considere algunos ejemplos:

1. Sus ojos están en todo lugar (Proverbios 15:3).

2. Ningún espacio es suficiente para contenerlo (1 Reyes 8:27).

3. Él esta cerca de todos nosotros (Hechos 17:27-28).

4. No hay lugar donde podamos escapar de Su presencia ya que Él llena el cielo y la tierra (Salmos 139:7-12; Jeremías 23:23-24; Amós 9:2-3).

III. El consuelo y terror de la omnipresencia de Dios.

A. Ya que el justo sabe que las intenciones de Dios son benévolas, esto es un consuelo para él (Salmos 139:9-10; Jeremías 29:10-14; Mateo 28:20; Hebreos 13:5-6).

B. El injusto no podrá escapar del juicio cuando este llegue (Amós 9:1-10; Juan 5:28-29; Hechos 17:30-31; 2 Corintios 5:10).

IV. Ya que sabemos que Dios es omnipresente, ¿cómo deberíamos vivir?

A. Deberíamos vivir confiados ya que sabemos que no estamos solos.

B. Deberíamos determinar dejar las prácticas pecaminosas, sabiendo que no podemos esconderlas de Dios.

Conclusión

I. Aunque podemos no entender completamente la naturaleza de la omnipresencia de Dios, podemos conocer las implicaciones de esta realidad.

II. Entonces, vivamos como un pueblo que sabe que Dios siempre está con nosotros.

[1] Strong, Augustus H., Bosquejos de teología sistemática [Outlines of systematic theology] (Philadelphia: Griffith & Rowland, 1908), 76.