La Siembra de la Semilla

Lectura bíblica recomendada: Lucas 8:4-8

Introducción

Al hablar de la siembra y la siega, es imprescindible considerar la aplicación evangelística del principio de la semilla que Jesús señaló en la Parábola del Sembrador.

Exposición

I. Algunas cosas son prerrequisitos para la siembra eficaz.

A. Lo primero que se necesita es semilla que no esté adulterada (Deuteronomio 22:9; cf. Mateo 13:25).

B. También necesitamos amor como la motivación adecuada (2 Corintios 5:14-15; Efesios 4:14-15; Filipenses 1:15-17).

C. También necesitamos paciencia (Gálatas 6:9).

D. Al considerar estos prerrequisitos, podemos ver que no es una sorpresa que los obreros sean tan pocos (Mateo 9:37).

II. ¿Cómo debemos sembrar?

A. Debemos sembrar abundantemente (Proverbios 11:24-25; 2 Corintios 9:6-7).

B. Debemos sembrar independientemente de las condiciones presentes (Eclesiastés 11:4; Juan 4:35; Hechos 9:13-14; 2 Timoteo 4:2).

C. Debemos sembrar independientemente de las circunstancias personales (Hechos 21:39; 28:30-31; Gálatas 4:13).

D. Debemos sembrar con esperanza (Romanos 1:16; 1 Corintios 9:10).

Conclusión

A. Siempre debemos tener en cuenta que cosecharemos exactamente lo que sembramos (2 Corintios 9:6).

B. Mientras sembramos, recordemos que todo nuestro trabajo valdrá la pena cuando llegue el tiempo de la siega (Salmos 127:5; Gálatas 6:9-10).