La Tragedia del Primer Rey de Israel

Lectura bíblica recomendada: 1 Samuel 31:1-4

Introducción

I. No hay relatos más tristes entre las tragedias de Shakespeare que se comparen a las historias de Jefté (Jueces 11), Sansón (Jueces 16) y otras narradas en la Biblia.

II. Hay pocas historias que sean tan trágicas como la del primer rey de Israel.

Exposición

I. Los años de Saúl en su vida pública comenzaron bien, pero terminaron muy mal.

A. Dios elevó a Saúl al trono de orígenes muy humildes (1 Samuel 9:21; 10:22; 15:17).

B. Los errores trágicos de Saúl fueron los celos (1 Samuel 18:7-10) y la falta de atención espiritual (14:19; 15:13-14,24,26).

C. Aunque el comienzo de Saúl fue glorioso, su final fue trágico (1 Samuel 28:6,18-19; 31:1-11; 2 Samuel 2:10; 4:1-8).

II. Nosotros podemos evitar la clase de tragedia que Saúl experimentó.

A. Debemos cuidarnos de la envidia (Proverbios 14:30; Santiago 3:16).

B. A diferencia de Saúl, debemos aprender a escuchar a Dios y también a aquellos que se interesan por nosotros (cf. 1 Samuel 20:32-33).

C. A la vez, debemos aprender a ignorar el consejo de los malos (1 Samuel 24:9).

D. Los cristianos podemos enfrentar tragedias en la vida, pero se nos da la garantía de que el resultado será la victoria (1 Corintios 15:54).

Conclusión

I. Podemos preguntarnos cómo Saúl llegó a tal punto en que estuvo herido y rodeado de enemigos, pero esto fue la consecuencia inevitable de las elecciones que había tomado.

II. Sin importar lo que se presente en nuestro camino, la vida del cristiano fiel es un éxito garantizado, ya que, con Dios, estamos del lado victorioso.