Un Sacrificio Aceptable
Lectura bíblica recomendada: Romanos 12:1-2
Introducción
A. Desde el comienzo, Dios siempre ha esperado de Sus hijos ofrendas sacrificiales de alguna clase (Génesis 4:1-5).
B. El sacrificio sirve en parte como una demostración de amor y compromiso (Génesis 29:20; Lucas 9:23; Juan 15:13; 2 Corintios 12:14-15; Efesios 5:25).
C. Debemos asegurarnos que a Dios le agrade los sacrificios que ofrecemos.
Exposición
I. El sistema del Antiguo Testamento requería múltiples sacrificios.
A. Había varias clases de ofrendas bajo este sistema de adoración (Éxodo 29:14-28; Levítico 7:37).
B. Solamente los sacerdotes podían ofrecer estos sacrificios (Hebreos 7:12-14; cf. Números 16; 1 Samuel 13).
C. El pueblo debía ofrecer voluntariamente estos sacrificios (Éxodo 25:2; Levítico 1:3; 19:5; 22:29).
II. Debemos saber qué clase de sacrificios es aceptable ante Dios.
A. Aunque el sacrificio de Abel fue aceptable ante Dios, el sacrificio de Caín no lo fue (Génesis 4:1-8; Hebreos 11:4).
B. El sacrificio de David fue aceptable, pero el sacrificio de Saúl no lo fue (1 Samuel 13:8-14; 15:15-22; cf. 2 Samuel 24:24-25).
C. La ofrenda de Bernabé fue aceptable, pero la ofrenda de Ananías y Safira no lo fue (Hechos 4:34-5:10).
D. La actitud en nuestra ofrenda importa mucho más que la cantidad (Isaías 1:11-17; Malaquías 1:8-13; Lucas 21:1-4; 2 Corintios 9:6-7).
III. Nadie jamás ha ofrecido un mayor sacrificio que Jesús.
A. Jesús enseñó a Sus oyentes a ser gente dadivosa (Mateo 6:11; 10:8; 14:16; 19:21; Juan 13:29; Hechos 20:35).
B. Durante Su vida en la Tierra, Jesús ofreció la gracia y la verdad (Juan 1:17), la luz (Mateo 4:16) y la paz (Juan 14:27).
C. Jesús también ofreció Su cuerpo (Juan 6:51), la vida eterna (Juan 6:27), el Espíritu Santo (Juan 14:16-17), el perdón de pecados (Hechos 5:31) y el descanso al cansado (Mateo 11:28).
D. En muchas maneras, el sacrificio de Jesús fue diferente a cualquier otro (Hebreos 7:22-28; 9:19-28; 10:1-14).
E. Aunque el sacrificio de animales no fue suficiente (Hebreos 10:6), Dios se complació grandemente en el sacrificio que Su Hijo hizo (Isaías 53:9-10; Juan 8:28-29; 10:17).
IV. Nosotros también debemos ofrecer un sacrificio.
A. Dios espera que nos ofrezcamos a nosotros mismos (Romanos 12:1-2).
B. Debemos asegurarnos que nuestro sacrificio sea agradable a Dios (2 Corintios 5:9-10; Efesios 5:10).
C. Debemos estar dispuestos a sacrificar todo por nuestro servicio a Dios (Mateo 10:37-38; Gálatas 1:10).
Conclusión
Dios no se complace en la quema de carne animal o el rociamiento de sangre, sino en la obediencia de Sus hijos y su disponibilidad a renunciar a cualquier cosa que aprecien para agradarle.
Derechos en español © 2010 por www.ebglobal.org. Traducción por Moisés Pinedo. Título original en inglés, “Acceptable Sacrifice”, por Roby Ellis.