Imite lo que Es Bueno: Lección 5

Retened lo Bueno

Romanos 12:2,9-21; 1 Tesalonicenses 5:21-22

Para leer la lección previa de esta serie, haga clic en Lección 4.

Debemos saber lo que es bueno, y debemos seguir lo bueno (Romanos 12:9). Varias instrucciones se relacionan a este enunciado, las cuales nos ayudan a retener lo que es bueno. Primero, debemos aborrecer lo malo. Esta palabra fuerte (“aborrecer”) significa “retroceder de esto, detestarlo, odiarlo y apartarse de esto con disgusto”. Luego debemos llenar el vacío con acciones que nos mantengan ocupadas y mantengan el mal a una distancia.

Segundo, debemos amarnos “los unos a los otros con amor fraternal” (Romanos 12:10). Pablo nos ayuda a vernos como una familia que ama a cada miembro profundamente—tan profundamente que nos preferirnos los unos a los otros. ¿Son nuestras congregaciones como familias que amamos tanto que estamos tratando de preferirnos los unos a los otros al mostrar honra?

Pablo luego usa los siguientes versículos para motivarnos al servicio—“no perezosos;…gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad” (Romanos 12:11-13).

“Retener” primero implica una transformación mental. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2). Una vez más, es necesario desechar lo malo antes de que suceda lo positivo—la renovación de la mente. La limpieza de nuestra casa mental nos ayudará a retener lo que es bueno y practicarlo.

Pablo también nos ayuda a entender que necesitamos ser “perfecto[s], enteramente preparado[s] para toda buena obra” (2 Timoteo 3:17). Si llenamos nuestras mentes de la Palabra de Dios, meditamos en ella y la usamos, estaremos equipadas para nuestro trabajo. Esto es cierto ya que “[t]oda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (vs. 16). Pablo dijo que la Palabra de Dios enseña y entrena, corrige y reprende. ¿No son estos los métodos que usamos para criar a nuestros hijos? Ellos necesitan entrenamiento y corrección; nosotras también.

En tiempos de problemas y pruebas, debemos retener lo bueno aunque queramos dejarlo ir. Podemos sentirnos solas y abandonadas por personas que deberían estar con nosotras. Algunas veces desarrollamos una actitud de mártir, el “complejo de Elías”. Decimos a Dios, como el profeta dijo, “[S]ólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida” (1 Reyes 19:14). Dios hizo recordar a Elías que él no era el único: “Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal” (vs. 18). Elías “retuvo”, pero no siempre tuvo la mejor actitud. Por otra parte, Pablo dijo, “[H]e aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11).

Preguntas de Estudio

  1. Defina “resistencia”.
  2. ¿Qué pensó Pablo que la “resistencia” (perseverancia) hará por un cristiano (Romanos 5:3-5)?
  3. ¿Qué dijo Pablo en cuanto a ser un necio por Cristo (1 Corintios 4:10-13)? ¿Cuáles son algunas de las maneras en que podamos necesitar perseverar de la misma forma que los cristianos que él describió?
  4. ¿Qué promesa se presenta en 1 Corintios 10:13?
  5. Liste algunas de las comodidades que Dios nos promete si perseveramos según 2 Corintios 1:3-7.
  6. Lea 2 Corintios 6:1-10. ¿Qué cree que Pablo quiso que aprendamos de este pasaje?
  7. ¿Qué significa “preparado” en 2 Timoteo 3:17?
  8. Lea 2 Timoteo 2:8-13. ¿Cómo animó Pablo a sus lectores a perseverar?
  9. ¿Puede decir en cuanto a sí misma lo que Pablo dijo en 2 Timoteo 4:6-8? Si no puede, ¿qué pasos debe tomar para tratar de alcanzar esta actitud?
  10. Hable en cuanto a Hebreos 12:7.