El Secreto del Manzano
Cuando Henry Longfellow era de edad avanzada, un admirador le preguntó cómo podía mantenerse tan vigoroso y escribir de manera tan hermosa. Él apuntó a un manzano y respondió: “Ese árbol ha estado allí por mucho tiempo, pero nunca he visto flores más hermosas que las que tiene ahora. Sus ramas exhiben un poco de madera nueva cada año. Como el manzano, yo trato de hacer crecer algo de madera nueva cada año”.
—En “Reflexiones Sabáticas” [“Sabbath Musings”], (1907), Farm Journal (Philadelphia, PA: Wilmer Atkinson), 31[5]:265.