«No se preocupe»
Una mañana, después de una tormenta de nieve, Susana estaba afuera removiendo la nieve de la entrada de su casa. Ella se detuvo a saludar a su vecino, y él le preguntó por qué su esposo no estaba afuera ayudándola con el trabajo.
Ella le explicó que uno de ellos tenía que quedarse en casa para cuidar de los niños, así que ellos lanzaron los dados para ver quién saldría a remover la nieve.
El hombre entonces dijo: «Oh, lo siento por su mala suerte». Pero Susana respondió: «No se preocupe. ¡Yo gané!».
—Autor Desconocido