Respeto para Mamá
Mientras los soldados estaban en posición de atención durante un desfile, uno de ellos saludó a alguien en la audiencia. El instructor susurró: “Juan, ¡no haga eso otra vez!”. Pero unos minutos después, el soldado saludó por segunda vez. Cuando regresaron al cuartel después del desfile, con voz airada el instructor llamó a Juan, y entonces gritó: “Soldado, usted sabía que le iba a pedir cuentas. Sabía que no debía hacer eso. ¿No me tiene temor?”. Juan respondió: “¡Sí, señor, pero usted no conoce a mi mamá!”.
—En “Respeto para Mamá” (2009), De Casa a Casa, 14[3]:4.