Ayudando a Nuestros Hijos a Tomar Buenas Decisiones de Entretenimiento

Hace algún tiempo atrás pedí a una audiencia de edad mixta que participara en una encuesta informal al responder dos preguntas:

  • ¿Cuántos de ustedes padres han terminado de criar a sus hijos? Aproximadamente el 75% de adultos con hijos mayores de edad levantó la mano.
  • Después pregunté: “¿Cuántos de ustedes preferirían criar a sus hijos en este tiempo moderno? Solamente una persona levantó la mano.

Sin duda, hay varias razones de esto, pero muchos simplemente no quieren pensar en criar a sus hijos en la sociedad moral actual.

Cuando Lot puso su tienda cada vez más cerca de Sodoma, nunca pensó que un día se levantaría con resaca y descubriría que sus hijas habían hecho algo totalmente indescriptible con él (Génesis 13:12; 19:31-36). Lot pudo haber pensado: “¿Cómo llegó esto a tal extremo?”. Tal vez entonces recordó su elección antigua con lamento. La mirada retrospectiva es más clara que la mirada hacia el futuro.

¿Qué influencias habían dejado marcas en sus hijas mientras crecían en Sodoma? ¿Qué clase de vecinos y amigos tenían? ¿Cómo era el colegio? ¿Con qué jovencitos se citaban? ¿Qué hacían para entretenerse?

Las Escrituras no nos dan respuestas, pero los resultados de las elecciones de Lot sugieren que él no había protegido a su familia del mal alrededor suyo, y que había fracasado en instruirle en justicia.

El panorama moderno se asemeja al de Sodoma. Se practica abiertamente la homosexualidad con la aprobación del gobierno y la cultura. La violencia plaga la nación, y se la reporta en los medios noticieros. La sexualidad ha salido del mundo privado de los adultos y ha entrado en la conciencia pública de los adolescentes. Lo que los preadolescentes ven, oyen y saben hoy no era conocido por las parejas jóvenes hace dos generaciones atrás.

Como cristianos, ¿cuál debería ser nuestra perspectiva en cuanto a las elecciones de entretenimiento? ¿Cómo deberíamos considerar el entretenimiento?

El entretenimiento es beneficioso.

El arte y los medios de comunicación no son inherentemente malos. Los que usan los medios de comunicación para promover el pecado han usado mal estas herramientas.

Dios no está en contra del entretenimiento. Así como los padres cristianos, Dios quiere que Sus Hijos disfruten sus días (1 Pedro 3:10). Jesús vino para darnos vida abundante (Juan 10:10). Quiere que tengamos gozo completo (Juan 15:11; 16:24). El padre del hijo pródigo (que representa a nuestro Padre), le dio una fiesta de bienvenida (Lucas 15:22-23). Salomón disfrutó el entretenimiento (Eclesiastés 2:8). Dijo que había un tiempo de reír (Eclesiastés 3:4). Como nosotros, a Dios Le debe agradar escuchar que Sus hijos rían.

El entretenimiento tiene al menos tres propósitos positivos:

  • Permite que los siervos de Dios renueven sus espíritus. Jesús quiere que nos apartemos por un momento y descansemos (Marcos 6:31) para evitar la frustración y el agotamiento. Quiere que disfrutemos de la mezcla correcta de trabajo y entretenimiento que ayuda a equilibrar la vida.
  • Desarrolla unión familiar. En un tiempo en que las familias son desgarradas, debemos tomar pasos para no llegar a ser parte de las víctimas de la guerra cultural. Los esposos deben “alegrarse” entre ellos (Génesis 26:8; cf. Proverbios 5:18). Los niños que disfrutan de la vida familiar sentirán menos tentación ante la sensualidad, la depresión, la rebeldía y la atracción de las pandillas (Salmos 127; Efesios 6:1-4). Recuerde que una familia que ríe, dura.
  • Provee conexión social. La amistad es una virtud (Juan 15:13-14), y para tener amigos debemos ser amigables (Proverbios 18:24). Los periodos de placer sano permiten que las amistades jóvenes florezcan y que las amistades adultas se fortalezcan (1 Samuel 18:4; 23:16).

El entretenimiento no es un patio de recreo; es un campo de guerra.

El entretenimiento puede parecer divertido y un juego, pero la persona de mente madura sabe que se desata una batalla espiritual en el patio de recreo. Pablo escribió: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Colosenses 2:8; cf. 2 Corintios 10:5).

Frecuentemente la santidad es la víctima de esta guerra. La persona santa es separada para un propósito divino. La separación del pecado es una característica principal de la persona santa (Romanos 6:12-19; 1 Tesalonicenses 4:3-4). Las actividades de entretenimiento deben reflejar esto (Levítico 11:44-45; 20:7; 1 Pedro 1:15-16; 2:11). Como grupo, e individualmente, los cristianos son el cuerpo de Cristo y el templo del Espíritu (1 Corintios 3:16; 6:15). No debemos hacer nada en nuestros cuerpos que Cristo no haría en el Suyo. No debemos ser impuros mientras el Espíritu Santo mora en nosotros (1 Pedro 2:4-5; cf. Efesios 6:17).

Entonces, ¿debemos convertirnos en separatistas? No. Los monjes en los monasterios no pueden ser sal, luz y levadura para un mundo perdido (Mateo 5:13-16; 13:33). A la vez, debemos salir de en medio de ellos y apartarnos (2 Corintios 6:17). Debemos ser separatistas en cuanto a todo entretenimiento pecaminoso. Algunos declaran que ya que el sexo premarital (1 Corintios 6:18), el baile (Gálatas 5:19-21), el alcohol (Proverbios 20:1) y el deporte violento (Lucas 3:14) son legales, entonces son una clase de entretenimiento legítimo. Pero los cristianos se mantienen separados de tales cosas.

Se debe tomar decisiones de entretenimiento al usar los principios bíblicos.

Muchos nunca piensan en revisar las Escrituras antes de tomar decisiones en cuanto al entretenimiento de fin de semana. Pero la Biblia reclama tener “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad” (2 Pedro 1:3).

Hay tres tipos de expresión artística:

  • Positiva. El entretenimiento positivo inspira a alguien a hacer algo para mejorar el mundo, a otra persona o a sí mismo.
  • Neutral. Este entretenimiento no promueve virtud ni vicio. Muchos eventos deportivos están en esta categoría.
  • Objetable. Este entretenimiento promueve la inmoralidad, la violencia, la lascivia, el orgullo, el egoísmo, la rebeldía, la codicia o el consumo de alcohol y drogas, y usualmente presenta tales cosas como glamorosas, divertidas y beneficiosas (Waliszewski, 2011b).

Se puede comparar el aprendizaje de discernir (cf. Hebreos 5:12-14) el entretenimiento con comer fruta. Imagine que está a punto de comer una pera, pero nota que tiene una parte podrida. ¿La comería de todas formas? ¿La arrojaría? ¿Cortaría la mala parte y comería el resto?

El entretenimiento es similar. Algunos consumen todo el entretenimiento que el mundo ofrece; comen las partes podridas. Otros evitan todo el entretenimiento para evitar la exposición a algo dañino; ellos se pierden de la buena parte. El resto evita lo dañino, pero disfruta lo que es bueno.

Los padres pueden aplicar estas verdades de diferentes maneras:

No adopte el enfoque de “todo o nada” en el entretenimiento. Con los hijos, esto puede guiar a extremismos:

  • La permisividad. Algunos no toman el tiempo ni emplean la energía para involucrarse en las decisiones de entretenimiento de sus hijos. Otros quieren agradar tanto a sus hijos que no quieren poner límites. Esto guía a la “exposición indecente”.
  • El legalismo. Pocas familias pueden conservar límites de entretenimiento severos con éxito (Waliszewski, 2011a). Pocas personas apagarían la TV y la radio completamente, nunca jugarían un juego de video y nunca irían a ver algún evento deportivo. Los padres que hacen demandas severas sin explicar las decisiones, especialmente a los adolescentes, pueden generar rebeldía. Ellos tampoco les están entrenando para que ellos tomen decisiones correctas por sí mismos.

El mejor enfoque es discernir el término medio—el que pone a prueba el entretenimiento según los principios bíblicos en cada caso particular.

Establezca un estándar de entretenimiento familiar (cf. Josué 24:15). Por ejemplo, considere las películas. ¿Cuál es el estándar de su familia? “Nosotros no miramos películas para adultos”. O “Solamente miramos películas para audiencia menor”. ¿Qué programas o canales de TV están fueran de los límites? ¿Qué artistas o estilos de música están permitidos? ¿Qué libros y revistas se puede leer? Ponga límites para las tentaciones. Las decisiones cristianas de su familia pueden diferir en parte de otras familias cristianas, pero tener un estándar da a sus hijos un fundamento razonable de lo que pueden mirar y escuchar.

Haga su propia investigación. Investigue la Biblia (Salmos 119:9-11; 2 Timoteo 2:15), hable con otros padres, y revise el Internet para encontrar resúmenes y recomendaciones en cuanto a películas, canciones y programas.

Dé el ejemplo correcto (1 Corintios 11:1). Aunque puede haber diferentes reglas para los programas apropiados en el caso de los adultos, no cometa el error de no practicar lo que predica.

Reconozca que cambiar las reglas de entretenimiento no es fácil—especialmente cuando se trata de los adolescentes. Ayúdeles a entender. Dios nos pide que Le honremos al hacer sacrificios—renunciar a lo que es valioso para nosotros (Deuteronomio 15:19-21; Proverbios 3:9-12). Cuando lo hacemos, Él nos recompensa (Deuteronomio 28:1-14; Mateo 19:29). Sea consistente. Sea firme (1 Corintios 16:13).

Establezca un margen. Evite las “cosas semejantes” (Gálatas 5:21).

Debido a la atracción y accesibilidad del entretenimiento inadecuado, los padres pueden sentirse abrumados. La situación tiene esperanza, pero revertirla puede tomar tiempo. Al añadir oración y conversación paciente (Proverbios 25:11), podemos hacer todo por medio de Cristo que nos fortalece (Filipenses 4:13).

Con la ayuda de Dios, hoy muchos padres crían a niños piadosos para ser grandes obreros en su reino. Algunos de los mejores jovencitos en la iglesia de Cristo están asistiendo a las clases bíblicas de hoy. Recuerde: “[M]ayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).

Referencias

Waliszewski, Bob (2011a), “Fomente Alternativas Positivas de Entretenimiento” [“Encourage Positive Entertainment Alternatives”], Focus on the Family, http://www.focusonthefamily.com/parenting/protecting-your-family/resolving-disputes-over-family-entertainment/encourage-positive-entertainment-alternatives.

Waliszewski, Bob (2011b), “Inculque Principios Bíblicos para el Entretenimiento” [“Instill Biblical Principles for Entertainment”], Focus on the Family, http://www.focusonthefamily.com/parenting/protecting-your-family/resolving-disputes-over-family-entertainment/instill-biblical-principles-for-entertainment.