¿Cambió el Día de Reposo?

Pregunta:

“¿Por qué cambió el día de reposo del sábado al domingo en el cristianismo?”.

Respuesta:

El día de reposo nunca cambió. Lo que algunos realmente quieren saber es: “¿Por qué ha cambiado el día de adoración del séptimo día de la semana (sábado) bajo el judaísmo al primer día bajo el cristianismo?”. Las Escrituras no llaman “reposo” al primer día de adoración en el cristianismo.

Nada que se enseñe en el Antiguo Testamento se aplica como mandamiento bajo el cristianismo al menos que también se mande en el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento ha reemplazado al antiguo (Romanos 7:6-7; Efesios 2:15; Colosenses 2:14). El Nuevo Testamento hace referencia a personas, particularmente a los judíos, que observaban la adoración del día de reposo, pero no enseña que los cristianos deban observar el reposo, el cual se realizaba cada séptimo día de la semana. En cambio, el Nuevo Testamento enseña que los cristianos se reúnen para brindar adoración congregacional el primer día de la semana (Hechos 20:7; 1 Corintios 16:1-2).

El Antiguo Testamento tuvo un propósito: preparar a la humanidad para la venida de Cristo y el Evangelio del sistema de fe del Nuevo Testamento. “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa” (Gálatas 3:19). “Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo” (Gálatas 3:23-25). Pero el Antiguo Testamento también tiene un propósito hoy: servir como la fundación del Nuevo Testamento—proveyendo conocimiento y puntos de referencia para los pasajes del Nuevo Testamento con el fin de entenderlos mejor. “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza” (Romanos 15:4).

La importancia del primer día de la semana en el cristianismo sin duda corresponde a los varios eventos relacionados al cristianismo que ocurrieron en ese día particular. Jesús resucitó el primer día de la semana (Mateo 28:1-6; Marcos 16:9). El Nuevo Testamento señala específicamente que una de las apariciones de Cristo a Sus apóstoles fue en el primer día de la semana (Juan 20:19). La iglesia comenzó en el primer día de la semana—el Día de Pentecostés, que siempre era el día domingo (Hechos 2). Por ende, la iglesia del Señor se reunía semanalmente en el primer día de la semana para adorar congregacionalmente (Hechos 20:7; 1 Corintios 16:1-2).

Note lo que Vine dice en cuanto a la palabra “reposo”: “No da la idea de relajamiento ni descanso, sino de cesación de actividad” (1999, 2:275). Se traduce una palabra griega relacionada como “reposo” en Hebreos 4:9: “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios” (énfasis añadido). Al usar una palabra diferente, no relacionada al “reposo sabático”, Apocalipsis 14:13 confirma el mensaje de Hebreos 4:9: “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen” (énfasis añadido). Por ende, lo más cercano a algún “reposo cristiano” no sería el primer día de la semana, sino el descanso en el cielo. El mensaje de Hebreos 4:9 y Apocalipsis 14:13 tiene armonía unida en ambos testamentos de la Biblia: “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar” (Juan 9:4). “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría” (Eclesiastés 9:10). Las actividades en las que los humanos nos involucramos físicamente están limitadas a nuestra existencia terrenal. Para los cristianos, el cielo será un lugar de descanso de nuestros trabajos físicos en la Tierra.

Referencia

Vine, W.E. (1999), Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento Exhaustivo (Colombia: Caribe).