La Generación en la Mira: Salmo 127

Resumen

Los hijos son un regalo valioso de Dios, y nosotros, como padres, tenemos la obligación de enviarlos de regreso a Dios.

Frecuentemente los padres o parejas jóvenes que todavía no tienen hijos preguntan: “¿Cuánto tiempo deberíamos esperar para tener el segundo hijo? Mis padres hubieran bromeado: “¡Cien años!” Mi hermana y yo nacimos 13 meses aparte—para ser preciso, un año, un mes, dos semanas y un día. De niños, peleábamos como perros y gatos. Afortunadamente, superamos esa etapa.

No hay un “método absoluto” para la crianza de los hijos. Los niños son únicos, muy diferentes entre sí; por ende, lo que usted hace para criar a sus hijos y lo que yo hago para criar a los míos puede ser muy diferente. Pero hay principios en la Biblia (el único manual real para la crianza) que nos ayudarán a crear un hogar centrado en Cristo y tener una familia que honre a Dios.

Primeramente, consideremos el Salmo 127. El verso 1 comienza con la idea de que, si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los edificadores. El verso 3 comienza con la frase “He aquí”—una expresión que los escritores del Antiguo Testamento usaron para llamar la atención a algo adicional especial. El salmista declaró que los hijos son un “regalo” o “herencia” del Señor.

En un pensamiento paralelo, el salmista dijo que el fruto del vientre es cosa de estima. Los hijos vienen de Dios, y nosotros, como padres, tenemos la obligación de enviarlos de regreso a Dios. Esta es la idea del verso 4. Nosotros los enviamos al mundo, finalmente habiéndolos preparado para regresarlos a Dios Quien los dio.

El verso 5 resume los pensamientos del salmista. Cada niño es una bendición. El hombre que tiene un enfoque adecuado en cuanto a ellos no será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta. Él ha criado adecuadamente a sus hijos, y ellos son una bendición para sus padres. Si tenemos hijos simplemente para complacernos, sea física o emocionalmente, entonces no nos importará mucho su destino eterno. Pero si tenemos hijos para ayudar a poblar el cielo, alrededor del trono de Dios, entonces desearemos tener un hogar que está edificado en Jesucristo y Sus enseñanzas.

¿Cómo podemos tener un hogar edificado en Dios? Aquí hay algunas sugerencias que comienzan con aquellos que están citándose.

  1. Asegúrese de ser un cristiano fuerte y fiel. Asegúrese de hacer lo que pueda para andar con Cristo en todos los aspectos de su vida.

  2. Busque y cásese con alguien que también sea un cristiano fuerte y fiel. Busque a alguien que sea al menos tan fuerte en la fe como usted, o más fuerte. Si quiere que Dios edifique su hogar, necesita usar una piedra que Dios ha colocado en Su templo espiritual. Ese templo es la iglesia, así que busque a alguien que sea un miembro fuerte de la iglesia del Señor.

  3. Asegúrese, antes de casarse, que comparta las mismas ideas en cuanto a la iglesia, la obra de la iglesia, el trato de los hijos, la disciplina de los hijos y la crianza.

  4. Cuando tenga un bebé, comience a criarlo para servir a Jesús. Ore en cada comida y ayude a sus hijos a hacer lo mismo. Cuando son pequeños, las oraciones de ellos serán cortas y desconectadas. Pero ayúdeles a continuar creciendo en la oración, no solamente a las horas de la comida, sino también en todo tiempo.

  5. Lea con sus hijos. Aparte de llevarlas a los servicios, una de las cosas que mi esposa y yo hicimos con nuestras hijas cuando eran pequeñas fue leer con ellas todo el tiempo. Esto no solamente ayuda a desarrollar facilidad en la lectura y el vocabulario y expande la mente e imaginación, sino también ayuda a aprender dominio propio. La lectura les ayudará a sentarse en silencio y escuchar. Mientras enseña a sus hijos a leer, lea la Biblia con ellos. Haga de esto una parte de cada noche. Cada vez hay más materiales bíblicos disponibles por internet en la hermandad que puede usar para enseñar casi todo tema que los niños deben aprender. Provea libros a sus hijos, desde un nivel básico hasta un nivel más avanzado para los años de adolescencia.

  6. Discipline a sus hijos. La manera en que los disciplina evolucionará durante los años. Sea paciente con ellos y fije toda disciplina en el contexto del desarrollo de dominio propio y la honra de Cristo en la vida. Cuando peque contra sus hijos, pida perdón. Cuando sus hijos pequen, perdónelos. Cuando sus hijos crezcan, su relación lentamente cambiará a una relación de amigos. Pero no apresure este proceso. Hoy muchos padres no disciplinan a sus hijos ya que quieren ser amigos antes que sean padres. No se puede construir una casa sin primero poner el fundamento.

  7. Enseñe a sus hijos los hechos básicos de la Biblia. Enséñeles las divisiones de la Biblia—el Nuevo y el Antiguo Testamento. Enséñeles lo que el pecado causa entre Dios y el hombre. Enséñeles que Jesús vino a pagar la deuda del pecado. Enséñeles lo que necesitan hacer para recibir perdón. Enséñeles lo que es la iglesia, la razón de su existencia, y lo que debemos hacer como miembros de ella. Un día, su corazón se llenará de gozo y orgullo cuando sus hijos sean bautizados en Cristo.

  8. Mientras sus hijos crecen, y mientras usted crece como padre, asegúrese de que esté viviendo como Cristo y exija que sus hijos vivan de la misma manera.

Estas son algunas sugerencias para ayudarle a edificar un hogar sobre el Señor. Esto se remonta a Mateo 7:24-27. Los padres que edifican su hogar sobre la roca son aquellos que oyen las palabras del Señor y las hacen. Si quiere edificar su hogar sobre Jesús, debe aprender Sus palabras y ponerlas en práctica. El primer laboratorio en que todos aprendemos la manera de vivir como cristianos es el hogar—sea que hablemos de los hijos, los hermanos o los padres.

Podemos confiar en nuestros esfuerzos vanos o en la Palabra de Dios. Podemos engañarnos pensando que somos aptos para controlar las cosas, o podemos someter nuestro sentido falso de control al Dios vivo. Si nos rendimos, Dios promete que edificará nuestro hogar. Él nos guardará, proveerá para nuestras necesidades y nos recompensará con fruto en la próxima generación. ¿Realmente hay otra opción mejor?

Sus esfuerzos de edificar su hogar en el Señor no son en vano.