Lo que el Amor Hace

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (1 Corintios 13:4-7).

¿Cómo puede saber si alguien le ama? Frecuentemente es más fácil demostrar lo intangible que definirlo. Aunque el amor consiste de múltiples virtudes—la paciencia, la benignidad, la generosidad, la humildad, el altruismo, la decencia y la sinceridad (1 Corintios 13:4-5)—el amor es más que la suma de sus ingredientes. Solamente se puede medir el amor por medio de la acción constante; así que para evaluar nuestro amor, consideremos algunas cosas que el amor hace.

El amor sirve.

Si amamos a Dios, Le serviremos como nuestro Amo (Mateo 6:24). Si nos amamos mutuamente como hermanos, seguiremos el ejemplo que Jesús nos dio en cuanto a la manera en que deberíamos servir a los demás (Juan 13:12-17). Al amor no le preocupa el servicio personal, sino el servicio a los demás; en otras palabras, “no busca lo suyo” (1 Corintios 13:5).

El amor espera.

El amor es lo que ha guiado a Dios a ser paciente con el hombre. El amor es la razón por la cual “esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé” para la preparación del arca incluso cuando la maldad había llegado a ser extrema (1 Pedro 3:20). El amor también es la razón por la cual Dios ha esperado tanto para juzgar al mundo (2 Pedro 3:9). Así como Jesús fue paciente con la generación a la cual sirvió (Mateo 17:17), nosotros debemos ser pacientes mutuamente (Efesios 4:1-3; Colosenses 3:12-14).

El amor obedece.

Jesús dijo, “El que me ama, mi palabra guardará” (Juan 14:23), y añadió: “El que no me ama, no guarda mis palabras” (vs. 24). Si amamos a Jesús, haremos lo que Él dice. De igual manera, el amor causa que los hijos se sometan a sus padres (Efesios 6:1-3), que las esposas se sometan a sus esposos (Efesios 5:22-25), y que los cristianos se sometan a sus ancianos (1 Tesalonicenses 5:12-13).

El amor instruye.

Cuando Jesús instruyó a los hombres, siempre lo hizo a causa de Su amor por ellos (vea Marcos 10:21). El apóstol Pablo hizo lo mismo; su amor le instó a enseñar en las sinagogas judías y predicar al llegar a cada ciudad nueva (Romanos 9:1-3; 10:1-2; 11:13-14). De igual manera, el amor nos instará a enseñar a nuestros hijos (Efesios 6:4) y a nuestros prójimos (2 Corintios 5:10-14).

El amor corrige.

La disciplina solamente es eficaz cuando se la administra con amor. Esta es la manera en que el Señor corrige a Sus hijos (Hebreos 12:5-17; Apocalipsis 3:19), y esta es la manera en que debemos corregir a los nuestros. Como cristianos, también tenemos la responsabilidad de corregir a nuestro hermano cuando cae en pecado (1 Corintios 5:5; cf. 2 Corintios 2:6-8).

El amor sacrifica.

Nuestro Señor demostró Su gran amor por nosotros en el sacrificio que hizo, y nos dijo que esta es la medida de amor que desea que tengamos los unos con los otros (Juan 15:12-14). Los padres también muestran amor por sus hijos a través de los sacrificios que hacen (2 Corintios 12:11-15).

 El amor es lo que motivó a Jesús a ascender al Gólgota para sufrir las consecuencias de nuestros pecados. ¿Cómo ha demostrado su amor por Él?