Mateo 8: ¡Mi Suegra Está Enferma!

Sí, tengo una suegra; pero ella no está enferma, al menos no mientras escribo este artículo. Pero una vez la suegra del apóstol Pedro llegó a contraer una “gran fiebre” (vs. 14; cf. Lucas 4:38). Así que Pedro pudo haber informado al Señor en tal ocasión: “¡Mi suegra está enferma!”. ¿Qué lecciones podemos aprender de la vez en que Jesús sanó a una suegra?

  • Jesús tiene el poder de sanar las relaciones familiares. La actitud general moderna sugiere que es casi imposible tener una buena relación con los suegros. Aunque es cierto que de vez en cuando surge conflicto familiar debido a la hostilidad hacía el cristianismo (cf. Mateo 10:35), si Jesús fuera el centro de la vida de cada miembro de la familia, entonces ellos podrían relacionarse en armonía. Esta suegra estaba recibiendo cuidado en la casa de su yerno, y el texto implica que era muy querida; Marcos indica que “en seguida” informaron a Jesús de su condición (1:30), y Lucas añade que “le rogaron por ella” (4:38). En el Antiguo Testamento encontramos el libro de Rut, que describe la relación hermosa entre una nuera y su suegra. Los cristianos no necesitan conformarse al estereotipo moderno, sino pueden disfrutar de una relación armoniosa con todos sus familiares.

  • Jesús tiene el poder de sanar las enfermedades físicas. Jesús no solamente tenía este poder, sino todavía lo tiene. Aunque Él ya no está en la Tierra para realizar milagros, todavía sana a muchos por medio de la oración y la providencia (cf. Santiago 5:13). Esta corta narración en Mateo enseña que, aparte del cuidado personal y médico de nuestros seres queridos, los cristianos tenemos la herramienta eficaz de la petición (Mateo 7:7). Los familiares de esta mujer “oraron” a Dios a través de Jesús (Marcos 1:30; Lucas 4:38), y nosotros también podemos (y debemos) hacer esto por otros (cf. Hechos 12:5; Filipenses 2:25-28). Si está dentro de los límites de la voluntad de Dios (cf. Lucas 22:42), Él puede conceder sanidad por medio de la oración (cf. Santiago 4:3).

  • Jesús tiene el poder de sanar las enfermedades espirituales. ¿Por qué sanó Jesús a la suegra de Pedro? Sin duda una de las razones fue mostrar compasión por ella y sus familiares preocupados. Mateo añade una razón principal cuando declara que esta y otras sanidades en el mismo día fueron para que se cumpliese las profecías antiguas (vs. 17; cf. Isaías 53:4-12). Jesús debía llevar nuestras dolencias, y lo hizo. Por ende, Su capacidad de sanar las enfermedades del cuerpo evidenció Su poder divino para sanar las enfermedades del alma.

Hoy Jesús ya no recorre la Tierra realizando milagros o concediendo dones sobrenaturales (cf. 1 Corintios 13:8), pero Él todavía puede y quiere sanar sus relaciones familiares, sus dolencias físicas y especialmente sus males espirituales. Cuando la suegra de Pedro recibió sanidad, ella se levantó inmediatamente y comenzó a servir a su Sanador y Sus discípulos (Lucas 4:39). ¿Confiará en Jesús para que sane su alma, y comenzará a servirle inmediatamente después de ser restaurado?