Motivos del ateísmo

Resumen

Los ateos se jactan de creer lo que creen debido a la evidencia, pero de vez en cuando divulgan sus motivos escondidos.

¿Por qué creemos lo que creemos? Hay muchas respuestas para esta pregunta. Sin embargo, se puede identificar las motivaciones más básicas que yacen detrás de la creencia y la práctica en vista de lo que la Biblia revela. Aquí hay algunas motivaciones:

  • La codicia o el materialismo—«Puedo ganar dinero al creer este punto de vista».

  • La envidia—«Si sostengo este punto de vista, se me dará más consideración que a otros».

  • La lealtad—«Creo en este punto de vista porque mis padres lo hicieron».

  • La ambición—«Tendré ventaja en mi carrera si creo en este punto de vista».

  • El egoísmo—«Quiero creer en este punto de vista porque me hace sentir mejor».

  • La sensualidad—«Creo en este punto de vista porque puedo satisfacer mi deseo sexual».

  • La ignorancia—«No estoy seguro por qué creo en este punto de vista, pero lo creo».

  • La indiferencia—«Sostengo este punto de vista, pero realmente no me importa mucho».

  • El orgullo necio—«La gente inteligente no cree en ese punto de vista».

Si Dios existe y la Biblia es Su Palabra, entonces nuestra creencia y la razón de nuestra creencia son factores cruciales y eternamente importantes.

A través de la historia, los intelectuales se han considerado superiores a otros debido a su supuesta destreza intelectual. La élite atea de nuestro tiempo rebosa de arrogancia y desprecia a aquellos que creen en Dios. Ellos buscan dar la impresión de que creen en lo que creen debido a su análisis racional, imparcial y sensato de los hechos que, a su vez, los han guiado a las creencias que sostienen. Por consiguiente, los que no consienten su incredulidad son descritos como ignorantes, parciales y tontos. Considere la descripción frenética del evolucionista Richard Dawkins de la Universidad de Oxford: «Es absolutamente seguro decir que, si conoce a alguien que no declara creer en la evolución, tal persona es ignorante, estúpida o demente (o malvada, pero yo preferiría no considerar eso)».[1]

A pesar de tales declaraciones santurronas y arrogantes, tales personas pueden abrazar el error debido a motivos impuros. Si un ateo honesto se dispone a examinar los hechos, dejará de ser ateo o de ser honesto. Por ende, los que son distinguidos por su defensa voraz y continua de la incredulidad poseen con mucha probabilidad uno o más motivos escondidos en sus corazones que les permiten descartar la evidencia real que desaprueba su punto de vista.

De manera interesante, ocasionalmente los ateos divulgan sus motivos escondidos sin querer hacerlo. Por ejemplo, en un «debate» improvisado conducido en 2010 en el Instituto Caltech entre los ateos Sam Harris y Michael Shermer contra Deepak Chopra y Jean Houston, Sam Harris hizo la siguiente observación:

La mayoría de nuestros vecinos cree en…un Dios personal que oye nuestras oraciones y ocasionalmente las responde… El Dios en Quien nuestros vecinos creen es básicamente una persona invisible. Es un Dios que creó el universo para relacionarse con una especie de primates—afortunadamente, nosotros. Él tiene muchas galaxias que cuidar, pero a él le importa lo que hacemos, y especialmente le importa lo que hacemos cuando estamos desnudos. Sin duda, desaprueba la homosexualidad.[2]

Aunque los seres humanos frecuentemente conformamos una mezcla de motivos y tendencias conflictivas, de vez en cuando en nuestras conversaciones exponemos involuntariamente uno o más de los motivos escondidos para nuestras creencias. La burla contra los cristianos por sostener un sistema ético que fue establecido por el Creador del universo (Quien creó la sexualidad humana) implica que el burlador no está de acuerdo con tales restricciones para el comportamiento sexual. Pero note adicionalmente que Harris implicó algo más: su creencia en el ateísmo le permite no preocuparse de su comportamiento sexual. Los motivos que tenían los paganos antiguos para su paganismo que les permitía liberación sexual—desde los moabitas (Números 25:1-2) en 1500 a. C. hasta los efesios (Hechos 19) en 60 d. C.—son los mismos para los ateos. La incredulidad permite que una persona esté libre para involucrarse en cualquier actividad sexual que desee, cuandoquiera y con quienquiera. La sofisticación intelectual y el elitismo académico que acompaña al ateísmo moderno no son nada más que una cortina de humo para consentir los deseos carnales. La razón por la cual la gente de Hollywood odia al cristianismo es porque ellos quieren dar rienda suelta completa a sus apetitos sexuales sin sentir la culpabilidad que es producto de las restricciones morales que el Creador ha puesto. Los cristianos en Éfeso entendieron completamente estos motivos ocultos que son el fundamento del sistema de creencia de tales personas. Ellos vivían en una ciudad que albergaba una de las siete maravillas del mundo antiguo—el templo de Artemisa, dedicado a tal diosa con sus adornos vulgares.[3] Pablo habló del corazón de la población cuando escribió las siguientes palabras a la iglesia—una evaluación apta de la incredulidad que controla al ateísmo y a una gran parte del error religioso moderno:

Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo (Efesios 4:17-20).

[1] Dawkins, Richard, «Análisis de libro»: Plano [Blueprint] (por Donald Johanson y Maitland Edey), The New York Times, 1989, sección 7, abril 9, p. 3, énfasis añadido.

[2] Harris, Sam, «El debate del futuro de Dios» [«The future of God debate»], ABC News, 2010, http://abcnews.go.com/Nightline/FaceOff/nightline-face-off-god-future/story?id=10170505.

[3] Edwards, James, «Arqueología presenta nueva realidad en cuanto al disturbio efesio de Pablo» [«Archaeology gives new reality to Paul’s Ephesus riot»], Biblical Archaeology Review, 2016, 42[4]:28-30.