No Se Deje Llevar

“No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas” (Hebreos 13:9).

¿CÓMO ALGUIEN PUEDE EVITAR “DEJARSE LLEVAR”?

Sepa lo que crea, y crea lo que sepa.

Hebreos 13:9 dice: “[P]orque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia”. Rubén era tan “[i]mpetuoso como las aguas” (Génesis 49:4), y por ende, no destacó. En contraste, Juan el Bautista no fue “caña sacudida por el viento” (Mateo 11:7). Los atenienses siempre estaban en busca de una nueva doctrina—“en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo” (Hechos 17:21). Los gálatas fueron rápidos en dejar el Evangelio en busca de nuevas doctrinas. Esto sorprendió a Pablo, quien escribió: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente” (Gálatas 1:6). Pablo también escribió en cuanto a otros que “siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad” (2 Timoteo 3:7).

Hay cosas que son ciertas y que siempre serán ciertas. Estas son ciertas cuando alguien tiene tres años de edad y las escucha por primera vez. Son ciertas cuando alguien tiene 10 años y las entiende por primera vez. Son ciertas cuando alguien va a la universidad y cuando nace su primer hijo. Son ciertas a la medianoche y durante la tormenta. Son ciertas cuando alguien está al lado de la tumba de su padre o cuando experimenta una enfermedad terminal. No se aparte de estas verdades:

  1. Dios: Existe un Dios todopoderoso en el cielo que le ama (Génesis 1:1; Juan 3:16).
  2. Cristo: Jesús es el Hijo de Dios, Quien murió por los pecados de usted y Quien un día será su Juez (Juan 8:24; 2 Corintios 5:10).
  3. El Espíritu Santo: El Espíritu Santo inspiró a los escritores de la Biblia y continúa guiándonos a través de Su Palabra escrita (Juan 16:13; Efesios 6:17).
  4. La Escritura: La Biblia es la Palabra de Dios, y cada palabra en ella es verdad (2 Timoteo 3:16-17).
  5. La iglesia: Jesús edificó una iglesia. Usted puede leer en la Biblia en cuanto a la iglesia de Cristo (Mateo 16:18; Romanos 16:16; Efesios 1:22-23; 4:4).
  6. La salvación: El plan de Dios para salvar al hombre incluye la escucha de la Palabra de Dios (Romanos 10:17), la creencia en Cristo (Juan 3:16), el arrepentimiento del pecado (Lucas 13:3), la confesión de Cristo (Mateo 10:32) y el bautismo en agua (Marcos 16:16). El bautismo es necesario para la remisión de pecados (Hechos 2:38).
  7. La adoración. La adoración verdadera es en “espíritu” y “verdad”, es decir, con la actitud adecuada y según la verdad revelada en el Nuevo Testamento. La adoración instrumental ante Dios es un pecado (Apocalipsis 22:18-19). Los hombres deben dirigir en la adoración (1 Timoteo 2:8).
  8. La santidad: Dios espera que los cristianos tengan vidas santas (Tito 2:11-12).
  9. La eternidad: El cielo y el infierno son lugares reales, y cada persona irá a uno de ellos (Mateo 25:46).
  10. El juicio: El Día del Juicio se acerca (Mateo 25:31-33), pero nadie sabe cuándo será.

Adopte una actitud precavida ante las posiciones doctrinales nuevas.

“No crea todo lo que oiga”. Walter Truett Anderson observó:

Nunca antes ninguna civilización ha hecho disponible a su población tal selección variada de realidades. Nunca antes ningún sistema de comunicación como los medios contemporáneos ha hecho disponible la información en cuanto a la religión—todas las religiones—a tanta gente. Nunca antes ninguna sociedad ha permitido que su gente llegue a ser consumidora de la creencia, como también que la creencia—todas las creencias—llegue a ser mercadería (1990, p. 188).

Albert Barnes presentó una buena explicación de la frase “afirmar el corazón” en Hebreos 13:9:

Debemos tener puntos establecidos y fijos de creencia, y no debemos ceder ante cualquier opinión nueva que se presente. El apóstol no les exhortó a adherirse a una creencia simplemente porque antes la habían tenido, o porque era una creencia antigua, ni tampoco les prohibió que siguieran la verdad hasta el punto que se requiriera el abandono de creencias que tenían antes. Sino les advirtió en cuanto al espíritu vacilante y la credulidad fácil, que les guiaría a ceder a cualquier novedad, y abrazar cualquier opinión simplemente porque fuera nueva o desconocida (2005, 13:319, itálicas en original).

“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:8). Se seduce fácilmente a las almas de doble ánimo—el anzuelo del diablo les atrapa (2 Pedro 2:14; cf. Santiago 1:14-15).

Debemos permanecer “fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo” (Colosenses 1:23). La palabra “firmes” es una metáfora para afirmarse en un asiento. También debemos estar “arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias” (Colosenses 2:7).

Ponga a sus maestros a prueba.

Juan instruyó a “probad los espíritus” (1 Juan 4:1; Apocalipsis 2:2). La Palabra de Dios es el estándar por el cual se debe poner a prueba a los maestros (Hechos 17:11-12; Gálatas 1:6-9; 2 Timoteo 3:16-17). Las palabras de un maestro merecen aceptación solamente si están en armonía completa con la Biblia. El viejo profeta engañó al joven profeta y le guió a la muerte, ya que el joven profeta no siguió este principio (1 Reyes 13:1-32). No debemos incluso creer a un ángel del cielo—si sus palabras son contrarias a la Palabra de Dios (Gálatas 1:8).

Evite el pensamiento superficial y mundano.

Los falsos maestros frecuentemente apelan a la carne, sea por medio de la sabiduría o la sensualidad mundana (2 Pedro 2:18). La mundanidad no tiene valor a largo plazo (Santiago 4:4; 1 Juan 2:17).

Acérquese a Dios (Santiago 4:7-8).

Jesús dijo: “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mateo 22:29). Los falsos maestros del tiempo de Pedro sostenían error en cuanto a la Segunda Venida ya que ignoraban voluntariamente las Escrituras (2 Pedro 3:5).

Tome tiempo cada día para la devoción personal—el estudio bíblico y la oración—incluso en la universidad, durante el tiempo ocupado de trabajo y cuando tenga niños pequeños. Olvidaremos lo que sabemos si no continuamos estudiando. El conocimiento es algo vivo que requiere mantenimiento. Una manera buena de motivarnos a hacer esto es (1) involucrarnos frecuentemente en conversaciones bíblicas con otros; y (2) ofrecernos como voluntarios para enseñar una clase o predicar un sermón. Estos hábitos requerirán tiempo para el estudio bíblico (a menos que seamos ociosos y que no nos importe que otros piensen que somos maestros negligentes).

No se deje llevar. ¡No le gustará dónde irá a parar!

Referencias

Anderson, Walter (1990), La Realidad No Es lo que Solía Ser [Reality Isn’t What It Used to Be] (San Francisco, CA: Harper and Row).

Barnes, Albert (2005), Notas de Barnes [Barnes’ Notes] (Grand Rapids, MI: Baker).