¿Son los Vegetarianos Más Santos que Otros?

La organización PETA (Personas por la Ética en el Trato de los Animales) viajó a través de los Estados Unidos un verano pasado protestando contra el automóvil de la compañía de salchichas, Oscar Mayer. Ellos llevaron pancartas que decían: “Los cerdos son amigos—no comida”. [¡Yo casi pierdo el control cada vez que alguien ataca a los perros calientes!]. Pero hablando seriamente, mi queja es esta. El grupo PETA inició una campaña reciente que declaraba: “Jesús era vegetariano”.

Analicemos este asunto. No tengo problemas en que alguien, por razones personales, decida no comer carne. Ese es un asunto completamente personal. Sin embargo, es diferente que alguien (1) intente forzar esta opinión en otros, e (2) intente apoyar sus opiniones al tergiversar al Hijo de Dios.

Consideremos lo siguiente:

  1. Una vez Jesús advirtió a Sus discípulos de los peligros asociados con la mente corrupta. En esa conexión señaló que lo que entra al hombre por la boca no le contamina, sino lo que sale del corazón. Marcos, uno de los escritores del evangelio, comentó esta verdad asociada con el enunciado del Señor: “Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos” (Marcos 7:19).
  2. En dos ocasiones, Cristo alimentó grandes multitudes con pan y pescado (vea Mateo 14:15-21; 15:32-39). Es ilógico argumentar que Jesús proveyó pescado para esos miles, pero que no participó de la merienda. Además, si fuera pecaminoso comer carne, ¿sería menos pecaminoso proveerla para otros?
  3. En Hechos 10, por medio de una visión celestial, se instruyó al apóstol Pedro que Dios había “limpiado” los alimentos—incluso aquellos que eran considerados ceremonialmente impuros bajo el régimen mosaico (vs. 15). Se debe admitir que la aplicación fundamental tiene que ver con la admisión de los gentiles al cristianismo, pero el simbolismo hubiera sido inútil si esos animales todavía eran prohibidos.
  4. El apóstol Pablo declaró que Dios creó la carne para ser disfrutada con acción de gracias, e indicó que la prohibición de tal alimento es una expresión de apostasía (1 Timoteo 4:1-5).

No se debería atormentar o lesionar innecesariamente a ningún animal—aunque a veces se debe destruir a los animales que llegan a ser una plaga (e.g., las ratas, las cucarachas, etc.). Se permite matar animales con el propósito de alimento y vestimenta (cf. Génesis 3:21). En una manera razonable, no es equivocado usar animales en la investigación médica. Se ha logrado muchos avances médicos de esta manera.

Dios puso a los animales en este plantea para que los hombres los usaran—de una manera responsable. No hay evidencia de que Jesús fuera vegetariano, o que Dios considere el vegetarianismo como una práctica “más santa” que el consumo de carne.

Finalmente, ¿quién impuso la regla de que no podemos comer animales, pero que podemos comer plantas? ¿No son ambos organismos vivos? ¿Son los cerdos nuestros amigos, pero los nabos nuestros enemigos? Algunas personas están tan desesperadas en encontrar una “causa” que provea a sus vidas deprimentes con algo de significado, que recurren a cualquier cosa.

¡Por favor, páseme la mayonesa!