Bendiciones en Cristo: Un sitio en los lugares celestiales en Cristo

Resumen

¿Qué pudiera ofrecer Satanás que tenga más valor que un sitio en los lugares celestiales con nuestro Señor compasivo?

— Lectura bíblica recomendada: Efesios 2:1-7

Introducción

I. Este enunciado relacionado a la expresión «en Cristo» describe un cambio profundo del estado espiritual.

II. En esta lección, examinaremos esta transformación remarcable para profundizar nuestro aprecio de la bondad de Dios, nuestra dependencia en Él, y nuestras responsabilidades.

Exposición

I. La muerte al pecado (vss. 1-3).

A. Todos los que andan en pecado están muertos espiritualmente (Romanos 6:23; 7:10; Lucas 15:24, 32).

B. Note los principios de la vida anterior de los oyentes.

1. Vivían en mundanidad (Juan 7:7; 8:24; 2 Timoteo 4:10; Santiago 4:4; 1 Juan 2:15-17).

2. Seguían la dirección de Satanás (Juan 8:44; 12:31; 14:30; 1 Juan 5:19).

3. Eran hijos de desobediencia que buscaban los placeres de la carne (Romanos 8:7-8; Gálatas 5:19-21).

C. Esta disposición impía los relegaba como hijos de ira (vs. 3).

II. La resurrección con Cristo (vss. 4-7).

A. La gran misericordia de Dios que fluye de Su gran amor por la humanidad caída Lo instó a desarrollar un plan de salvación por gracia.

B. Tal gracia es resaltada incluso más si se considera que Él hizo esto a pesar de nuestra disposición impía (vs. 5; cf. Romanos 5:6-11).

C. La conversión a Cristo da vida al alma muerta (Romanos 6:3-7; Colosenses 2:12-13).

III. El sitio junto a Cristo (vs. 6).

A. En Efesios, Pablo escribió cinco veces en cuanto a los «lugares celestiales», indicando la realidad del reino espiritual (1:3, 20; 2:6; 3:10; 6:12).

B. En el capítulo 2, la expresión muestra la ascensión remarcable de aquellos que llegan a estar en Cristo.

1. Cuando Dios resucitó a Cristo de los muertos, Lo hizo sentar a Su diestra en los lugares celestiales (1:20; Hechos 2:33).

2. De una manera similar, cuando nos resucitó de nuestra muerte espiritual, nos hizo sentar en los lugares celestiales con Él.

C. Tal estado es la esencia de nuestra ciudadanía celestial (Filipenses 3:20).

Conclusión

I. Obviamente, esta realidad llegará a su cumplimiento perfecto al final del tiempo (1 Juan 3:1-2).

II. Sin embargo, nosotros vivimos en esta tierra en comunión real con Él.

III. ¿Qué pudiera ofrecer Satanás que tenga más valor que un sitio en los lugares celestiales con nuestro Señor compasivo?