La posibilidad de apostasía

Resumen

La seguridad del alma es una verdad bíblica que debemos aceptar, pero debemos aceptarla como la Palabra de Dios enseña.

— Lectura bíblica recomendada: Hebreos 6:4-6

Introducción

I. La seguridad de nuestras almas en Cristo es de importancia suprema.

II. Nuestro propósito no debe ser dar seguridad falsa ni quitar la seguridad verdadera.

III. Afortunadamente, la Biblia es muy clara en cuanto a este tema.

Exposición

I. Un enfoque popular.

A. Juan Calvino popularizó la posición de que Dios ha determinado de antemano quién se salvará y quién se perderá.

B. Si esto es cierto, entonces también es cierto que el cristiano no puede caer de la gracia.

C. Ya que la mayoría de las denominaciones protestantes sostienen los principios calvinistas, una gran parte de la cristiandad cree que no se puede caer de la gracia.

D. Considere lo que una confesión de fe popular declara: «Los que Dios ha aceptado en su Amado, quienes han sido llamados y santificados eficazmente por su Espíritu, no pueden caer total y finalmente del estado de la gracia, sino que ciertamente perseverarán en ella hasta el fin y serán salvos eternamente».[1]

E. Esta noción demanda que se hagan algunas preguntas importantes, las cuales veremos a continuación.

II. Si la apostasía es imposible, entonces:

A. ¿Por qué debemos procurar afirmar nuestra vocación y elección (2 Pedro 1:5-11)?

B. ¿Por qué el estado final es peor que el primero para aquellos que se apartan de los mandamientos de Dios (2 Pedro 2:20-22)?

C. ¿Por qué se advierte en cuanto a ser arrastrados por el error (2 Pedro 3:14-18)?

D. ¿Por qué Pablo disciplinó su cuerpo para que no fuera eliminado (1 Corintios 9:27)?

E. ¿Por qué advirtió a los cristianos en Corinto a tener cuidado y evitar la caída (1 Corintios 10:12)?

F. ¿Por qué escribió a los cristianos en Tesalónica que llegaría un tiempo de apostasía (2 Tesalonicenses 2:3)?

G. ¿Por qué dijo que algunos apostatarían de la fe (1 Timoteo 4:1-2)?

H. ¿Por qué dijo que algunos se habían desligado de Cristo y que habían caído de la gracia (Gálatas 5:4)?

I. ¿De qué manera la influencia negativa de un hermano puede causar la perdición de otro (Romanos 14:15)?

J. ¿Cómo puede la participación indigna de la Cena del Señor culpar a los cristianos (1 Corintios 11:27-29)?

K. ¿Cómo puede la restauración del pecador salvar de la muerte a un alma (Santiago 5:19-20)?

L. ¿Cómo puede el rechazo de perdonar causar que no seamos perdonados (Mateo 6:14-15)?

M. ¿Cómo es que algunas ramas improductivas de la vid (Cristo) pueden ser cortadas y quemadas (Juan 15:1-6)?

N. ¿Por qué Jesús advirtió a los cristianos en Éfeso que estaba a punto de quitar su candelero (Apocalipsis 2:5)?

O. ¿Por qué prometió no borrar del libro de la vida los nombres de los vencedores (Apocalipsis 3:5)?

P. ¿Por qué dijo a los cristianos en Laodicea que los iba a vomitar de Su boca (Apocalipsis 3:16)?

Q. ¿Por qué Hebreos 6:4-6 advierte de la caída de las siguientes personas?

1. Aquellos que fueron una vez iluminados.

2. Aquellos que habían gustado del don celestial.

3. Aquellos que habían sido partícipes del Espíritu Santo.

4. Aquellos que habían gustado de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero.

III. La clave para asegurar nuestras almas.

A. Para responder las preguntas anteriores, debemos considerar lo que el Nuevo Testamento enseña al respecto.

B. La seguridad del alma pertenece a aquellos que:

1. obedecen al Señor (Hebreos 5:9).

2. cumplen la voluntad del Padre (Mateo 7:21).

3. andan en la luz (1 Juan 1:7-9).

C. Todos estos verbos están en el tiempo presente, indicando acción continua.

Conclusión

I. La seguridad del alma es una verdad bíblica que debemos aceptar (1 Juan 5:13).

II. Sin embargo, la debemos aceptar de la manera en que las Escrituras la presentan.

III. Por tanto, debemos imitar a Pablo y pelear la buena batalla, acabar la carrera y guardar la fe para recibir la corona de justicia (2 Timoteo 4:7-8).

[1] Confesión de fe de Westminster [The Westminster confession of faith], 17.1 (Edimburgo, Escocia: T & T Clark, 1881), 110.