Nuestra batalla espiritual: Las distracciones

Resumen

Hay muchas cosas en la vida que pueden distraernos, pero nosotros debemos conservar el enfoque en el objetivo cristiano.

— Lectura bíblica recomendada: 2 Timoteo 2:4

Introducción

I. Como en el caso del desánimo, las distracciones son un arma versátil del arsenal de Satanás.

II. Hay muchas cosas en el mundo que no son malas en sí mismas, pero estas pueden evitar que maduremos espiritualmente.

III. Nosotros debemos reconocer el peligro de tales cosas para estar preparados y evitar la caída.

Exposición

I. El peligro de las distracciones.

A. En el campo de batalla, muchas cosas pueden salir mal.

B. Una táctica real y reconocida es la emboscada, en la cual un plan de «distracción» capta la atención del enemigo, permitiendo que las fuerzas contrarias ataquen por el área descuidada (Josué 8).

C. Para el tiempo en que las fuerzas enemigas se dan cuenta de lo que está sucediendo, ya es demasiado tarde.

D. Satanás puede usar casi cualquier cosa para emboscarnos, guiándonos a la destrucción eterna (2 Samuel 11; Mateo 23:23-24; Lucas 8:7, 14; 9:57-62; 1 Timoteo 6:9-12; 2 Timoteo 4:10).

II. El llamado para conservar el enfoque.

A. La razón por la cual el entrenamiento militar es tan intenso es que tiene el fin de promover la disciplina al agudizar los sentidos (cf. Hebreos 5:11), inculcando diligencia en la mente del soldado.

B. Pablo dijo a Timoteo que se concentrara en las cosas de Dios por el bien de su alma y de los que lo oían (1 Timoteo 4:12-16; cf. 2 Timoteo 2:15).

C. Es imposible hacer esto si nos distraemos con las cosas del mundo (2 Timoteo 2:4).

III. La motivación para conservar el enfoque.

A. Obviamente, el instinto de autopreservación debería motivarnos (2 Pedro 3:14-18).

B. La manera de lograr la preservación es abandonar las búsquedas egoístas y enfocarnos en agradar al Comandante que nos ha reclutado (2 Timoteo 2:4; Lucas 9:23-27).

C. El amor recíproco entre el Señor y Su pueblo nos motivará a ser buenos soldados de la cruz (Juan 14:15, 23; 2 Corintios 5:14).

Conclusión

I. La vida tiene muchas distracciones, pero nosotros debemos conservar el enfoque en el objetivo cristiano.

II. Debemos estar preparados para defender el nombre de Cristo mientras evitamos las distracciones de la vida.