Nuestra batalla espiritual: Los deseos de la carne

Resumen

Ya que el hombre no puede reprimir el sentimiento natural del deseo, debemos enfocar nuestros deseos en las cosas de Dios.

— Lectura bíblica recomendada: 1 Pedro 2:11-12

Introducción

I. Como en el caso de muchas de las armas de Satanás, los deseos de la carne constituyen un problema para todos nosotros.

II. Ya que no todos somos susceptibles a los mismos deseos de la carne, debemos agudizar nuestros sentidos para reconocer la variedad extensa de las posibilidades (Hebreos 5:14).

III. En este estudio, trataremos de aprender la manera de ansiar la piedad.

Exposición

I. La evaluación adecuada del mundo material.

A. Colosenses 3:1-5, 1 Pedro 2:11-12 y 1 Juan 2:15-17 fijan nuestros ojos en el cielo.

B. Para ganar esta batalla espiritual, debemos evaluar correctamente el mundo y nuestro lugar en él.

1. Debemos recordar dónde está nuestro hogar real (Filipenses 3:19-21; 1 Pedro 2:11).

2. Luego debemos fijar nuestros corazones en tal hogar (Colosenses 3:1-3; Mateo 6:19 et seq.).

3. Para hacerlo, debemos luchar contra nuestros deseos de las cosas del mundo y reconocer las consecuencias catastróficas de tales deseos (1 Juan 2:15-17; Colosenses 3:5-6).

II. El desarrollo de una actitud inflexible ante este mal.

A. El lenguaje del Nuevo Testamento es claro en cuanto al enfoque de los deseos de la carne.

B. Debemos arrancar de raíz los deseos de la carne y no permitir que hayen cabida en nuestra vida (Romanos 13:14).

1. Debemos abstenernos de los deseos de la carne que batallan contra nuestra alma (1 Pedro 2:11).

2. Debemos hacer morir tales cosas en nuestra vida (Romanos 6:6; 8:13; 13:14; Gálatas 2:20; 5:24; 6:14-15; Colosenses 3:3-5).

3. Esta no es una actitud pasiva, ya que Dios demanda que aborrezcamos lo malo (Romanos 12:9).

III. La implementación de lo bueno.

A. No es suficiente sacar la mundanidad de nuestro corazón, ya que esto lo dejará vacío.

B. Además de eliminar lo que es malo, la Escritura nos dice que debemos dar la bienvenida a lo bueno.

1. Al deshacernos del viejo hombre, debemos vestirnos del nuevo hombre (Efesios 4:21-24; Colosenses 3:8-16).

2. Debemos abstenernos de los deseos de la carne y dar la bienvenida a la conducta honorable (1 Pedro 2:12).

3. Debemos reemplazar el amor por el mundo con el amor por Dios (1 Juan 2:15-17; 5:1-3).

Conclusión

I. Ya que el peligro es serio, no podemos darnos el lujo de almacenar actitudes mundanas en la vida.

II. Ya que el hombre no puede reprimir el sentimiento natural del deseo, debemos enfocar nuestros deseos en las cosas de Dios (Mateo 6:33).