Unidad en un mundo dividido

Resumen

Los cristianos debemos poner a un lado las ambiciones personales y procurar la unidad en Cristo, Su Palabra y Su iglesia.

— Lectura bíblica recomendada: Juan 17:20-21

Introducción

I. El nivel de división en el mundo es alarmante y creciente.

II. El conflicto en cuanto a la política, la raza, el género, la religión, la moralidad y otros temas produce gran tensión social.

III. A Dios Le preocupa profundamente esta división en Su mundo.

Exposición

I. La demanda divina de la unidad.

A. A Dios Le complace la unidad (Salmos 133:1-3) y Le desagrada la división (Proverbios 6:12, 14, 19; Romanos 16:17-18; Tito 3:10-11; Santiago 3:14-16).

B. Uno de los temas principales en la oración de Jesús en Juan 17 fue la unidad (vss. 20-21).

II. El plan divino de la unidad.

A. Nuestro mundo ecuménico promueve unidad en diversidad de pensamiento, creencia y práctica; incluso muchos que declaran ser cristianos comparten esta clase de «comunión».

B. Pero la unidad demanda un personaje, tema y principios unidos.

1. El personaje que brinda unidad es Jesús de Nazaret (Juan 14:6; Hechos 4:11-12; 1 Corintios 1:9).

2. El tema unificador es Su muerte, sepultura y resurrección (1 Corintios 15:1-4).

3. Los principios unidos son Sus palabras y nuestra disposición de caminar en tal voluntad (Juan 12:48; 14:15; 15:14; 17:17; 1 Corintios 1:10; 1 Juan 1:6-87; 2:4-6; 2 Juan 9-10).

III. La bendición divina de la unidad.

A. El programa de Dios para la unidad causa conflicto con el mundo (Mateo 10:34-39; Juan 15:18-27).

B. Pero las bendiciones de nuestra unidad cristiana valen la pena tal conflicto.

1. La unidad entre hermanos es buena y dichosa (Salmos 133:1-3).

2. Esta unidad es un testimonio ante el mundo de que Jesús es el Hijo de Dios (Juan 17:20-21).

3. Esta es una unidad con el Señor (Juan 14:23; 17:21; 1 Corintios 1:9; 2 Corintios 13:14; 1 Juan 1:3).

Conclusión

I. A pesar de todo esfuerzo, la unidad en el mundo es imposible (Mateo 7:13-14; Santiago 4:4).

II. Afortunadamente, podemos vivir en unidad con Dios y con la hermandad (1 Juan 1:3-10).

III. Debemos poner a un lado las ambiciones personales y buscar la unidad de todo corazón (Filipenses 2:1-4).