“¿Cómo Luzco?”

“¿Cómo luzco?”. ¿No son estas palabras importantes para las jovencitas? Incluso cuando nos convertimos en mujeres, nos gusta lucir bien. El reto para la joven cristiana al escoger su ropa no es simplemente preguntar, “¿Luce bien esto?”, sino: “¿Es esto modesto?”.

Generalmente cuando pensamos en la modestia de nuestro vestido, nos preocupamos de que nuestra ropa no sea muy corta. Nos cercioramos que nuestras faldas no revelen nuestros muslos. Revisamos nuestra blusa para ver si el escote no es demasiado bajo, o si nuestra blusa es lo suficientemente larga para cubrir nuestro ombligo. ¿Pero nos preocupamos en cuanto a lo apretado de nuestras ropas?

Pregunté a mi hijo de 14 años qué clase de ropa las jovencitas usan que dificulta la pureza de sus pensamientos. Él respondió que, sin importar cuán largos fueran los pantalones o las blusas, la ropa apretada le causaba problemas. Como puedes ver, los jovencitos son diferentes a nosotras. Ellos son muy estimulados por las cosas que ven. Las jovencitas disfrutan admirar a los jovencitos apuestos, pero usualmente no de la misma manera que los jovencitos y hombres, quienes son más tentados a sentir lascivia por las cosas que ven. Tus ropas que no son cortas, pero que son apretadas, pueden mostrarles exactamente cómo luces dentro. Las jovencitas solteras no pueden entender la manera en que los hombres son afectados por lo que ellas usan ya que ellas todavía no tienen la experiencia de alguien casada. Así que tú deberías confiar en las mujeres cristianas mayores que te ayudan a entender el secreto del comportamiento y la vestimenta modesta.

Tal vez puedes preguntar: “¿No son los hombres responsables de sus propios pensamientos y acciones?”. Sí. Cada persona es responsable de sus propias acciones, y dará cuenta en el Día del Juicio. Pero nota lo que Jesús dijo en Mateo 5:28: “cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. Las mujeres tienen la capacidad, con sus acciones y vestimenta, de causar que un hombre peque.

Cuando llegamos al cristianismo, nos revestimos de Cristo (Gálatas 3:27). Vivir fielmente involucra evaluar diariamente nuestros pensamientos y acciones. Cuando decidas qué vestir, considera las siguientes preguntas:

  • Al usar esta ropa, ¿ayudaré a mis hermanos en sus vidas cristianas?

  • ¿Me ayuda mi ropa a representar a Jesús?

  • ¿Sería mi ropa un impedimento para hablar a alguien de Jesús?

Por favor, considera la manera en que tu vestimenta afecta tu influencia cristiana. Considera las almas de los hombres y jovencitos que conoces en el colegio o el trabajo, y de tus hermanos en Cristo con los cuales adoras los domingos. Asegúrate antes de salir de casa que lo que vistas no cause tropiezo a otros o interfiera con tu influencia piadosa que estás llamada a exhibir. “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia,…como corresponde a mujeres que profesan piedad” (1 Timoteo 2:9-10).

Aquí hay algunos consejos prácticos en cuanto a tu vestimenta que puedes considerar antes de salir de tu casa:

  • Usa un espejo de cuerpo completo para asegurarte que tu vestido cubra tus piernas (puedes usar la parte baja de tus rodillas como medida).

  • Inclínate hacia delante para revisar el escote de tu blusa, como también para revisar la parte posterior de tu falda.

  • Siéntate y mira si tu falda o pantalones cortos no se encojen demasiado.

  • ¿Se puede ver tu ropa interior a través de tu ropa? (Si es así, entonces tu ropa es demasiado delgada).

  • Si tienes alguna duda, cámbiate de ropa.

El centro de la modestia es tu corazón. ¿Quieres mostrar a Cristo en tu vida y agradar a Dios? Si es así, darás una mirada profunda al espejo pensando en tus hermanos en Cristo.