De pie por dentro
Una madre estaba teniendo problemas en hacer obedecer a su hijo de seis años. Ellos habían pasado casi todo el día discutiendo. Una discusión adicional causó que finalmente la madre pidiera al niño que se sentara en silencio en la esquina de la sala. El niño rehusó hacerlo, así que la madre, llena de frustración, tomó al niño y le forzó a sentarse en la esquina y quedarse quieto, diciéndole: «Te dije que te sentaras aquí, y así lo harás; ¡y no te levantarás hasta que yo te diga que lo hagas!».
Con una cara molesta y un tono de rebeldía, el niño respondió: «Puedo estar sentado por fuera, ¡pero todavía estoy de pie por dentro!».
—Autor Desconocido