¿Puede dormir cuando el viento sopla fuertemente?

Resumen

Dios nos librará cuando acudamos a Él, pero el curso prudente es afirmar nuestro corazón antes que la tormenta llegue.

Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen? (Marcos 4:37-41).

Se cuenta la historia de un granjero que vivía en la costa atlántica y que tenía problemas en encontrar y conservar obreros que trabajaran en su granja. El problema era que pocos querían trabajar en su granja debido a las tormentas terribles que frecuentemente surgían. Un día, un hombre de edad y un poco delgado se presentó delante del granjero en respuesta a un aviso de trabajo que había puesto. El granjero sintió duda debido a la edad del hombre y su complexión, así que le preguntó si era un buen obrero. El hombre respondió: «Bueno, puedo dormir cuando el viento sopla fuertemente». Aunque la respuesta lo dejó algo perplejo, había algo en el hombre que persuadió al granjero a contratarlo.

Los resultados iniciales del obrero fueron buenos ya que él trabajaba diligentemente desde el amanecer hasta el atardecer. Una noche, cuando una tormenta fuerte comenzó a soplar, el granjero se levantó rápidamente y corrió a la cabaña del obrero, lo levantó y le dijo que lo ayudara a asegurar todo para que nada fuera arrastrado por el viento. Pero el obrero volteó y dijo a su jefe: «Le dije que yo puedo dormir cuando el viento sopla fuertemente». Molesto por la respuesta, el granjero se apresuró a preparar todo para la tormenta. En ese momento se dio cuenta de lo que el obrero quería decir. Toda la paja estaba cubierta con toldos y asegurada. Todas las vacas estaban en el establo, y los pollos estaban en el gallinero. Las puertas estaban cerradas firmemente, y las ventanas estaban aseguradas. Debido a la preparación diligente del obrero, no había nada que podía ser arrastrado por la tormenta, así que él podía descansar tranquilo.

Esta realidad física puede ser fácilmente aplicada a nuestra vida espiritual. Frecuentemente esperamos hasta que llegue la tormenta para que procuremos asegurar nuestra alma. Tal dilación nos deja vulnerables ante los vientos que tales tormentas ocasionan. Como los discípulos en Marcos 4, entonces comenzamos a pedir desesperadamente al Señor que nos libre. Afortunadamente, Dios nos librará cuando acudamos a Él, pero el curso prudente es asegurar nuestros corazones y mentes antes que la tormenta llegue.

Como Pablo escribió, el Señor estableció apóstoles, profetas, evangelistas y pastores para edificar a los santos en el trabajo del ministerio con el fin de no ser llevados por doquiera por los vientos del error doctrinal (Efesios 4:11-14). El escritor de Hebreos habló de nuestra esperanza en Cristo como un ancla del alma (6:17-20). En tal día tormentoso en Marcos 4, Jesús criticó a Sus discípulos debido a su falta de fe. La pregunta importante que debemos hacer y responder personalmente es: «¿Puedo dormir cuando el viento sopla fuertemente?». Si la respuesta es «no», entonces debemos preguntarnos: «¿Qué necesito hacer para asegurar lo que es inestable en mi vida?». ¿Puede dormir cuando el viento sopla fuertemente?