Recuerdos familiares: «¡¿Y para mí?! ¡¿Para mí?!»
Resumen | En nuestra sociedad materialista, debemos hacer recordar a nuestros hijos que toda bendición es una muestra de gracia. |
Mis cuatro hijas estaban sentadas a la mesa, estudiando y haciendo sus tareas, cuando mi esposa entró trayendo la correspondencia.
«Melanie, recibiste una carta».
«¡Gracias, mamá!».
Layla (de tres años en tal tiempo) rápidamente preguntó: «¿Y para mí? ¿Para mí?».
«Esta carta es para Ella».
«¡Gracias, mamá!».
Layla continuó: «¿Para mí? ¿Para mí?».
«Esta es para Kelsey».
«¡Gracias, mamá!».
Layla entonces alargó su mano y miró con emoción a su madre: «¡¿Y para mí?! ¡¿Para mí?!».
Mi esposa comenzó a revisar las cartas, pero no había ninguna para Layla. Ya que no quería decepcionarla, tomó un sobre de una compañía de seguros y dijo: «Toma, tú puedes abrir esto». Layla tomó el sobre, lo acercó a su corazón y dijo: «¡¿Para mííí?! ¡Oh, mamá, gracias! ¡Gracias!».
Enseñar gratitud a nuestros hijos es crucial en un mundo egoísta donde muchos creen que merecen todo. Dios sentenció a una generación completa de israelitas malagradecidos a morir en el desierto (Números 14:26-35), Jesús criticó severamente a nueve leprosos malagradecidos que recibieron sanidad (Lucas 17:12-19), y el Creador abandonó a gente malagradecida que profesaba ser sabia y autosuficiente (Romanos 1:21-24). No hay duda de que la gratitud es importante para Dios.
Sin embargo, no es suficiente enseñar «gratitud» simplemente como una respuesta mecánica de buenos modales; se debe enseñar gratitud como una respuesta consciente de la mente y el corazón. Para que la gratitud sea una respuesta adecuada, los hijos deben reconocer que, lo que reciben regularmente de Dios, sus padres y otros, es «gracia». Cuando ellos confunden la «gracia» con su «derecho» (lo que piensan que «merecen»), terminan rebelándose contra Dios, sus padres y otros cuando sienten que se les está privando de sus «derechos».
En nuestra sociedad bendecida materialmente, se debe hacer recordar consistentemente a los niños (a través del ejemplo y la instrucción) que —desde su primer aliento en la mañana hasta el último centavo en sus bolsillos— todo es una muestra de gracia. Si ellos aprenden esto, llegarán a ser personas contentas en toda situación de la vida (Filipenses 4:11) y agradecidas en todo (1 Tesalonicenses 5:18).
Publicado el 3 de marzo de 2025 en www.ebglobal.org.