Los “Mensajes Subliminales”, la Superstición y el Cristiano
La creencia en el supuesto poder de los mensajes subliminales para controlar el comportamiento humano comenzó a ganar popularidad a finales de la década de 1950, debido a la reclamación de James Vicary de que los mensajes breves e intermitentes en la presentación preliminar de una película incrementaron las ventas de gaseosas y palomitas de maíz. Sin embargo, algunos años después se descubrió que tal reclamación fue un fraude, y los experimentos subsiguientes en este campo no han producido resultados positivos (Long-Crowell, s.d.; Payne, 1981, p. 729). A pesar de esto, la “superstición subliminal” ha seguido extendiéndose, penetrando la mente cristiana e incluso siendo acogida en los púlpitos religiosos.
ENTENDIENDO EL CONCEPTO
Un mensaje subliminal es “una señal o mensaje que tiene el propósito de pasar debajo de los límites normales de la percepción”. Supuestamente, “no es percibido conscientemente, pero a la misma vez, es percibido inconscientemente” (“Propaganda Subliminal”, s.d.).
Como ya se ha señalado, en el sentido estricto de esta definición, simplemente no hay evidencia científica o creíble de que mensajes supuestamente percibidos de manera inconsciente puedan afectar el comportamiento humano. En cambio, para que un mensaje tenga la capacidad de afectar la mente y comportamiento de alguien, primero debe “ser percibido en algún nivel de conciencia” (Bernstein, 2008, p. 142).
Pero también se debe señalar que muchos de los mensajes que se promueven, presentan o califican como “subliminales” realmente no tienen nada que ver con el nivel subconsciente, y como tales, tienen la capacidad de afectar el juicio y la conducta. Estos mensajes o imágenes son presentados con disimulo, y tienen el propósito de hacer que los lectores o espectadores ingenuos e irreflexivos “digieran” los vicios de una sociedad mundana.
Se puede ver un ejemplo de tal disimulo en la película popular, Titanic de 1997, la cual contiene varias escenas sexuales y episodios de desnudez que se presentan bajo el pretexto de la expresión artística (“Guía Parental…”, s.d.). Sin duda, la exposición a tales escenas licenciosas corromperá la mente y sensibilidades morales del espectador—independientemente de su edad. Aunque la trama general de esta película pueda ser atractiva, los cristianos, cuyas oraciones incluyen las palabras “no nos metas en tentación” (Mateo 6:13), deberían evitar completamente esta película (como otras de la misma índole).
DETERMINANDO LA REALIDAD
¿Por qué algunos “mensajes subliminales” parecen funcionar? Mucho tiene que ver con las expectativas predeterminadas de la persona. Si alguien le cuenta una historia de terror en la noche, entonces tal vez usted comience a escuchar “sonidos extraños”.
Hace un tiempo atrás estaba buscando información en el Internet en cuanto a este tema, y tropecé con un artículo que leí de principio a fin. De manera interesante, no había puesto atención al título del artículo, y cuando finalmente lo leí, esta fue una sorpresa interesante. El título era: “Usted Leerá Esto… Usted Leerá Esto… Usted…” (Payne, 1981, p. 729). Yo había leído el artículo, pero no por el título sugestivo, sino debido a mis expectativas determinadas. Si alguien tiene interés en perder peso, tal vez el título “5 Cosas Simples para Perder Peso Rápido” sea muy atractivo, y tal vez tal persona esté más propensa a hacer clic en la imagen de “antes y después” de alguien que supuestamente ha perdido 20 kilos. Pero otra vez, estos no son ejemplos de “mensajes subliminales”—aunque ayudan a explicar la conducta de las personas expuestas a tales mensajes.
En un estudio con el fin de investigar las posibilidades de los mensajes subliminales en el audio, se dijo a la mitad de los participantes que escucharía grabaciones con mensajes subliminales para el mejoramiento de la autoestima, y a la otra mitad se le dijo que escucharía mensajes para el mejoramiento de la memoria. Los investigadores cambiaron los papeles, e hicieron escuchar al primer grupo los mensajes subliminales del segundo, y al segundo grupo los mensajes subliminales del primero. Independientemente del “mensaje subliminal”, los participantes a quienes se les dijo que escucharían mensajes de autoestima, reportaron mejoras en este aspecto, ¡aun cuando los mensajes no tenían nada que ver con la autoestima! (Bernstein, 2008, p. 142).
Hagamos un ejemplo más práctico. Escuche una parte de la pieza musical La Misa, del compositor francés Eric Lévi.
¿Entendió la canción? Probablemente no. Pero ¿escuchó el “mensaje subliminal”? Escuche esta nueva grabación que solamente incluye la parte que quiero que note. Ponga atención, y escuchará el siguiente mensaje:
Viva la “o”, viva la “obe”, viva la “obe…si”, viva la “obesidad”, ¡viva la “obesiiidad”! Viva la “o”, viva la “obe”, viva la “obesidad”, ¡viva la “obesidad”!, “obesidad”, “obesidad”, “obesidad”, “obesidad”…”.
Desde luego, esto es solamente una broma. Esta pieza musical no incluye tales palabras; realmente, ¡ni siquiera está escrita en español! Pero esto prueba el punto: usted pudo escuchar eso ya que yo le sugerí que lo hiciera. ¿Un mensaje subliminal? No.
EVITANDO EL EXTREMISMO
Es razonable que los cristianos que desean evitar la influencia del mundo, como también los padres responsables, se sientan preocupados por cualquier mensaje que “pueda infiltrarse sigilosamente” en la mente y controlar la vida. Las buenas noticias es que no necesitamos ser paranoicos. Si los mensajes subliminales realmente funcionaran, usted pudiera recitar una y otra vez la frase “Llega al cristianismo” a un ateo que duerme, y él no pudiera resistir abandonar su ateísmo y optar por la religión cristiana. Pero esto no es tan fácil. El ateo necesita escuchar y aceptar el mensaje cristiano en algún nivel de conciencia para cambiar sus pensamientos y acciones.
Lamentablemente, la falta de información ha causado que algunos cristianos lleguen a extremos injustificables, y que algunos padres provoquen rebeldía en sus hijos (Efesios 6:4). Una vez escuché a un predicador señalar que cuando se grabó la canción de Michael Jackson, Thriller, la “risa diabólica” al final de la canción realmente no era parte de la grabación original, pero que cuando se terminó de grabar, de “manera inexplicable” la risa estaba allí. Ya que armonizaba muy bien con la canción, los productores la dejaron allí. Supuestamente, ¡fue la risa del mismo diablo!
Déjeme aclarar algo: ¡esta no es una defensa a favor de la música de Michael Jackson (o cualquier otro cantante)! Muchas de sus canciones deberían ser evitadas, pero no porque “el diablo haya incluido su risa malévola en una de sus canciones”. Lo cierto es que vivimos en una era en la cual Dios ejerce Su influencia por medio de la Palabra de verdad (2 Timoteo 3:16-17; cf. 1 Corintios 13:8-10), y el diablo ejerce su influencia por medio de la mentira (Juan 8:44). Las huestes de maldad no ejercen poder directo por medio de expresiones milagrosas contra los hijos de Dios, o cualquier otra persona. (A propósito, la risa en Thriller es de Vincent Price, un actor de películas de terror).
También he conocido a cristianos que han prohibido la escucha de alguna canción popular debido a que si se la oye al revés, supuestamente se puede percibir un mensaje subliminal que tiene el potencial de cambiar el comportamiento del oyente. E incluso he escuchado a cristianos que han prohibido a sus hijos hispanos que escuchen cierta canción en inglés ya que si se la escucha al revés en inglés, entonces hay un mensaje subliminal en inglés que puede afectar negativamente al joven hispano.
Los padres no debemos subestimar a nuestros hijos; ellos son inteligentes, y pueden detectar la superstición. Desde luego, debemos analizar lo que leemos y escuchamos, y se debe tener cuidado de las cosas que oímos y repetimos en un idioma que no se conoce (vea el siguiente punto en este artículo). Pero ¡¿cómo puede un mensaje, que supuestamente es subliminal y se tiene que escuchar en orden invertido, afectar a un jovencito que ni siquiera entiende el idioma cuando lo escucha en el orden regular?! Si queremos influenciar positivamente a nuestros hijos, y queremos que ellos nos escuchen con respeto y atención, entonces debemos dejar las supersticiones, y debemos proveerles de razones reales para su obediencia. En el fondo, el cristianismo no es beneficiado en nada cuando los cristianos (con buenas intenciones) se sumergen en la superstición sin sentido.
Personalmente, conocí a un hombre muy inteligente que se enredó en este tipo de superstición (y esto muestra que la superstición no es necesariamente el problema de la gente de poca educación). Este hombre había leído o escuchado de algún “pacto” entre el creador de la caricatura animada Los Pitufos y el diablo mismo. Supuestamente, Papá Pitufo había “secuestrado” a un niño y le había hecho ahogar en un río. Un día, al llegar a casa y descubrir que sus hijos estaban jugando con algo que parecía un pitufo, el hombre decidió quemar a la “amenaza”. Los niños objetaron que el muñeco no era un pitufo (¡y realmente no lo era!), pero la superstición contra los “suspiritos azules” se había apoderado tanto del padre que al final un “muñeco inocente” fue ejecutado en la “hoguera”.
¿Piensa que el caso de superstición de este hombre era único? Escriba “La Verdadera Historia de los Pitufos” en YouTube y descubrirá “acusaciones” adicionales contra los pitufos—incluyendo la ocasión cuando un pitufo de peluche le dio una bofetada a una niña, a quien poco después encontraron muerta—y el único con sangre en las manos era el pitufo. También se dice que se encontró a otro niño muerto, y que a su lado estaba un muñeco de Papá Pitufo, quien, perturbadoramente, tenía una gran sonrisa burlona. Finalmente, se dice que una monja trató de quemar a algunos muñecos de pitufos, los cuales “rehusaban” ser consumidos por las llamas—bueno, hasta que la monja arrojó en el fuego una medallita de la Virgen Milagrosa (“La Verdadera…”, 2011). No hace falta decir que este es uno de los grados más vergonzosos de superstición que he visto en toda mi vida, y los “hechos” son simplemente inventados.
Otra vez, permítame indicar que esta no es una defensa a favor de Los Pitufos, o cualquier otra caricatura animada, pero el punto es que los padres cristianos no pueden ganarse el respeto de sus hijos al esperar que ellos crean tales fábulas ridículas. De igual manera, los cristianos no pueden ganarse el respeto del mundo cuando la única razón para advertir sobre el “peligro” de algo se basa en la superstición.
ANALIZANDO EL PELIGRO REAL
¿Indica el fraude de los “mensajes subliminales” que no existe peligro en absoluto en las cosas que vemos, escuchamos y leemos? ¡De ninguna manera! El peligro tiene que ver con el hecho de que existen mensajes que claramente, como también disimuladamente, atentan contra los principios bíblicos.
El cristiano debe analizar seriamente todo lo que ve, escucha y lee. Debe analizar seriamente lo que hace. La música moderna puede producir adicción, puede sugerir estilos de vida pecaminosos, y puede destruir la vida del oyente (vea Pinedo, 2011). Los padres cristianos deben instruir a sus hijos en cuanto a la clase de música que escuchan. Hay muchas canciones con letras que directa o indirectamente promueven el sexo extramarital, las drogas, el alcohol, el lenguaje profano y otras muchas perversiones. Todos los cristianos deben evitar tales influencias impías.
¿Qué acerca de las canciones en otros idiomas? Aunque es cierto que los mensajes en un idioma que el oyente no conoce no pueden afectar su mente para bien o mal (cf. 1 Corintios 14), el cristiano debe considerar su testimonio ante otros. Cuando era un jovencito que sabía suficiente inglés como para repetir las palabras de canciones pero no lo suficiente para entenderlas completamente, el ritmo de una canción en inglés llegó a ser uno de mis favoritos. Un día, mientras conversaba con una joven norteamericana, comenzamos a hablar de canciones. Yo le hablé de mi “canción favorita”, y repetí las palabras. Ella me preguntó: “¿Sabes lo que significa eso?”. Respondí que no; realmente, ¡no lo sabía! Ella dijo: “Significa: ‘Me gusta la manera en que te quitas la ropa”. Afortunadamente, ella era cristiana, y sabía que yo no entendía lo que mi “canción favorita” decía. El peligro real de la escucha de canciones en otro idioma es que otros que saben el significado pueden ser guiados a pensar mal de nosotros debido a que escuchamos tales mensajes. También existe el peligro de que repitamos las palabras “como loros”—sin entender su significado (como yo lo hice), y que otros piensen mal de nosotros por lo que expresamos involuntariamente. Esto puede entorpecer nuestra influencia cristiana. Si a alguien le gusta alguna canción en otro idioma, sería prudente que primero investigara en cuanto al significado de tal canción.
Los padres también deben analizar los programas de TV que sus hijos ven, y todo cristiano debe estar consciente de la influencia negativa que este cajón electrónico tiene para contaminar el alma (vea Webster, 2011). Generalmente, los mensajes en este medio son muy claros, y no deben ser ignorados. Cada día se alimenta a los televidentes de una dieta desbordante de profanidad, desnudez y egoísmo a través de los comerciales y programas de la sociedad mundana. A veces es casi imposible encontrar un programa bueno sin tropezar con alguna exhibición de impiedad; en tales ocasiones, el cristiano debería estar dispuesto a optar por el desuso por el bien de la santidad.
CONCLUSIÓN
Los cristianos debemos evitar los extremos. No debemos enredarnos en la superstición, pero tampoco debemos ser tan ingenuos como para ignorar los mensajes directos e indirectos de los medios saturados de moralidad pobre. En vez de tratar de “defender” a nuestros hijos de los mensajes subliminales que son imposibles de percibir, de los muñecos de peluche que no tienen la capacidad de moverse y mucho menos abofetear o herir a sus dueños, y de las risas aterradoras que no pueden infiltrarse por sí mismas en canciones, debemos enfocar nuestros esfuerzos en defenderles de los mensajes reales de este mundo de maldad. En nuestros esfuerzos por hacerlo, no olvidemos pedir sabiduría “a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche” (Santiago 1:5).
Referencias
Bernstein, Douglas (2008), Fundamentos de la Psicología [Essentials of Psychology] (Belmont, CA: Wadsworth), quinta edición.
“Guía Parental para el Titanic” [“Parents Guide for Titanic”] (sine data), IMDb, http://www.imdb.com/title/tt0120338/parentalguide.
“La Verdadera Historia de los Pitufos” (2011), YouTube, https://www.youtube.com/watch?v=TCzp4UYZwiw.
Long-Crowell, Eric (sine data), “Mensajes Subliminales: Definición, Ejemplos y Validez” [“Subliminal Messages: Definition, Examples & Validity”], Education Portal, http://education-portal.com/academy/lesson/subliminal-messages-definition-examples-validity.html.
Payne, Doug (1981), “Usted Leerá Esto… Usted Leerá Esto… Usted…” [“You Will Read This… You Will Read This… You…”], New Scientist, 19 de marzo.
Pinedo, Moisés (2011), “Cuidado los Oídos lo que Oyen”, EB Global, http://www.ebglobal.org/inicio/cuidado-los-oidos-lo-que-oyen.html.
“Propaganda Subliminal” [“Subliminal Advertising”] (sine data), Psychologist World, http://www.psychologistworld.com/influence_personality/subliminalads.php.
Webster, Allen (2011), “Una Guía Cristiana para la TV”, EB Global, http://www.ebglobal.org/inicio/una-guia-cristiana-para-la-tv.html.
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