Darwinismo—Una Doctrina de Demonios

Introducción

A. Cuando consideramos la decadencia moral moderna, no podemos evitar pensar en la causa de esto.

B. Como parte de la respuesta, podemos considerar la enseñanza que Charles Darwin propuso.

Exposición

I. Necesitamos examinar lo que el darwinismo enseña.

A. El darwinismo declara que todos los animales en la Tierra son productos de un proceso casual y sin propósito conocido como la evolución.

B. El darwinismo declara que el hombre también es un animal.

C. Pablo escribió que la persona que cree tales cosas ha cambiado “la verdad de Dios por la mentira” (Romanos 1:25).

II. Debemos entender las implicaciones del darwinismo.

A. Si se convence al hombre que no es nada más que un animal, él no tendrá un estándar moral superior.

B. El darwinismo implica que la vida humana no tiene más valor que la vida de un animal.

C. La teoría evolucionista socava la veracidad de la Biblia y priva a la humanidad de cualquier sentimiento de esperanza (1 Corintios 15:19).

III. Debemos conocer la verdad para que no caigamos en el error.

A. La intimidación y la presión de grupo son reales (Juan 7:45-52; 12:42).

B. Así como la luz es lo único que puede disipar la oscuridad, solamente la verdad puede exponer las mentiras como el darwinismo (Juan 3:16-21).

IV. Necesitamos estar listos a presentar defensa ante esta doctrina mortal.

A. El darwinismo se ha convertido en una clase de “religión científica”.

B. Necesitamos prepararnos como cristianos para dar una respuesta a aquellos que sostienen esta falsa doctrina (1 Pedro 3:15).

C. Si permitimos que la próxima generación escuche solamente lo que se les enseña en el colegio, tendremos parte de la culpabilidad cuando ellos caigan presos de estos engaños diabólicos (2 Corintios 2:11).

Conclusión

A. Mientras la estructura moral de nuestra nación comienza a caer en pedazos debido a esta doctrina de demonios, ¡no cesemos de enseñar a nuestros hijos que ellos han sido creados a la imagen de Dios (Génesis 1:26)!

B. Sin importar cómo nos reciba el mundo, ¡no dejemos de decirles una y otra vez que existe un Dios que vive, que les ama y que dio lo mejor de Sí para salvarles de sus pecados!