Lo que Yo Quiero

Lectura bíblica recomendada: Juan 5:30

Introducción

A. Como hijos de Dios, no buscamos hacer las cosas que nos agradan, sino las cosas que agradan a Él (Romanos 6:16-18; Gálatas 1:10; 2:20).

B. El hijo fiel de Dios no solamente obedece los mandamientos que requieren menor esfuerzo, sino somete completamente su voluntad a la de Dios.

Exposición

I. Algunos ignoran completamente los mandamientos de Dios.

A. El Rey Acab fue a luchar contra Siria a pesar de las advertencias que Dios le dio en cuanto a tal batalla (1 Reyes 22).

B. El Rey Joacim cortó y quemó el rollo que contenía las palabras de advertencia de Dios (Jeremías 36).

C. El Rey Sedequías no quiso rendirse a los babilonios como Jeremías aconsejó (Jeremías 37).

II. Otros obedecen, pero solamente porque los mandamientos de Dios están en armonía con su propia voluntad.

A. Jehú estuvo más que dispuesto a cumplir la voluntad de Dios para llegar a ser rey de Israel (2 Reyes 9).

B. El joven rico reveló la misma actitud en cuanto a su servicio a Dios (Mateo 19:20-22).

III. Este problema de actitud perdura hasta el tiempo presente.

A. Algunos escogen no ser bautizados (Lucas 7:29-30).

B. Algunos cambian la adoración de la iglesia para satisfacer sus propios deseos (1 Reyes 12; 1 Corintios 11:20-22).

C. Algunos dejan de congregarse (cf. Hebreos 10:25).

D. Algunos contaminan sus cuerpos con sustancias dañinas (cf. 1 Corintios 3:16-17).

Conclusión

A. Para llegar a ser un hijo de Dios, se tiene que morir al yo (Romanos 6).

B. En vez de buscar hacer nuestra propia voluntad, busquemos hacer la voluntad de Dios.