¿Aprobó Jesús la Veneración de Imágenes?
Resumen | Dios siempre ha condenado la veneración de imágenes religiosas, y Su Hijo amado jamás ha aprobado lo que Dios condena. |
Pregunta
“He escuchado que algunos afirman que Jesús aprobó la veneración de imágenes cuando pidió una moneda y señaló dar ‘a César lo que es de César’ (Marcos 12:17). ¿Es correcta esta declaración?”.
Respuesta
En Marcos 12, leemos que algunos líderes judíos trataron de engañar a Jesús con una pregunta en cuanto al pago de impuestos a César. Jesús tomó una moneda romana y preguntó: “¿De quién es esta imagen y la inscripción?” (vs. 16). Debido a la palabra “imagen”, y debido a que Jesús no condenó la imagen de César en la moneda, algunos religiosos (especialmente católicos) argumentan que Jesús autorizó la veneración (honra/adoración religiosa) de imágenes al promoverlas indirectamente. Pero este argumento es incorrecto por las siguientes razones.
Primero, el hecho que Jesús no condenara una imagen no significa que aprobara las imágenes religiosas o su veneración. Argumentar esto del texto significaría que Jesús aprobó la veneración de imágenes de líderes políticos paganos, no de “santos” o la Deidad (como sugieren los que usan este pasaje como prueba). ¿Hubiera Jesús aprobado o fomentado la veneración de imágenes que representaban a emperadores romanos paganos como Tiberio o Nerón? ¡Obviamente no! Dios ha condenado tal práctica desde tiempos antiguos (cf. Daniel 3). [Nota: El testimonio bíblico contra la veneración de imágenes, sea de ídolos paganos o representaciones de supuestos santos o la Deidad, es extenso y evidente (e.g., Éxodo 20:4-5; Deuteronomio 4:15-19, 5:8-9; Isaías 40:18,25; Jeremías 51:17; Oseas 9; Romanos 1:22-23; 1 Juan 5:21; Apocalipsis 21:8)].[1]
Segundo, debemos considerar el contexto del pasaje bajo consideración. Algunos apologistas católicos han argumentado que, si Dios realmente condena las imágenes religiosas, este incidente en la vida de Cristo hubiera sido un momento excelente para hacerlo.[2] Pero la discusión de Jesús con los líderes judíos no se relacionaba a la idolatría; realmente se basaba en la pregunta que ellos habían hecho a Jesús: “¿Es lícito dar tributo a Cesar, o no?” (Marcos 12:14). La pregunta no era: “¿Es licito adorar a imágenes, o no?”. La respuesta de Jesús (“Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”—vs. 17) se relaciona directamente a esta pregunta específica. Es una muestra de exégesis pobre, o un simple pretexto, asignar la respuesta de Jesús a una pregunta completamente ajena. Los enemigos de Jesús, llenos de hipocresía, usaron esta pregunta para tentarle (vs. 15); y ahora hay aquellos en la comunidad religiosa que son enemigos de la sana doctrina y la hermenéutica adecuada que usarán incorrectamente la respuesta de nuestro Señor para promover sus tradiciones humanas.
Simplemente no existe texto, sea en el Antiguo o Nuevo Testamento, que apoye (por mandamiento directo, ejemplo o implicación) la adoración de imágenes para acercarse a Dios. Los que promueven esto están “envanecidos en sus razonamientos” y han “cambiado la gloria de Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible” (Romanos 1:21-24).
Referencias
[1] Cf. Pinedo, Moisés (2010), Lo que la Biblia Dice Acerca de la Iglesia Católica (Montgomery: AL: Apologetics Press), pp. 59-76.
[2] E.g., Gagón, Daniel (sine data), “Ídolos e Imágenes”, Mercabá, http://www.mercaba.org/Fichas/DIOS/106-3.htm.
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